Los fascículos por entrega inundan los quioscos para delicia de los amantes de las colecciones

Con la llegada de septiembre y 'la vuelta al cole' parece como si se iniciara una nueva etapa, con distintos retos y propósitos para enmendar. Este fenómeno que se repite con fuerza en enero, con el inicio del año, tiene consecuencias evidentes, como el incremento de matrículas en gimnasios y centros de idiomas, pero también tiene repercusiones en establecimientos cercanos como los quioscos, que se llenan con grandes y coloridos cartonajes que incluyen artículos de todo tipo con una sola pretensión: Seducir al comprador para que inicie una colección por fascículos.

Así lo prueba la inundación de las colecciones más diversas que padece el quiosco Salam en la calle La Legión del Real o el situado muy cerca, en la calle Castilla. Como explica el propietario del primer establecimiento, «se intensifican ahora con el nuevo año, por aquellos del inicio del curso escolar». También influye el final del verano y la climatología, que provoca que se pase más tiempo en casa.

Oferta amplia y variada

Para responder al interés por compilar todo tipo de objetos, la oferta es amplia y variada. En este sentido, hay colecciones que regresan cada cierto tiempo como las 'grandes sagas de la novela romántica' que vienen acompañadas del monográfico de libros 'Vivencias de Mujer', para descubrir otras culturas. Tampoco faltan a su cita los fascículos sobre costura y labores. Ahora la rivalidad la escenifican los números 'Mis ideas de ganchillo', que ofrece dos ovillos de hilo de regalo, y 'Punto de Cruz', cuyo reclamo son cinco madejas. A esto hay que sumar las entregas para el público infantil. Son muchas las colecciones que atraen su atención como las de las naves de 'La Guerra de las Galaxias', los cómics de la serie 'Superhéroes', las muñecas de 'Princesas de Porcelana' o los libros de 'Dragón Lance'. Al margen de esto, quien tiene una gran fuerza dentro del mundo de los fascículos es el deuvedé. Se encuentran en este formato series de televisión como la de Félix Rodríguez de la Fuente o 'V' o los fondos documentales del NO-DO.

En el apartado 'miscelánea' se encuentra una gran variedad de objetos. Entre las curiosidades más demandadas están los abanicos decorados con reproducciones de las mejores pinturas de la historia de la serie 'Abanicarte', los modelos de coches utilizados por la Policía Nacional, la recreación de una casa rústica mediterránea o la colección de rosarios «como símbolos de devoción», según reza en su carátula. Ésta última una de las colecciones que «cuenta con mayor número de seguidores» en Melilla, por lo que se encuentra agotada.

A la hora de completar una colección por fascículos semanales surgen dos problemas: la pérdida de interés del comprador dado que «en ocasiones hay que aguardar hasta 80 semanas para terminarla», como recuerda Farid Majjit del quiosco Salam; y la dificultad de los vendedores para que les sean suministrados los ejemplares reservados, «no puedo mantener a tres clientes esperando cuando sólo me llega un número de cada serie», mantiene el propio Salam. Con todo, lo más habitual es que el consumidor adquiera como máximo las dos primeras entregas seducido por la oferta de lanzamiento y que, una vez que echa cuentas del coste final, abandone este empeño. Entre una o dos personas de las diez de media que adquieren el primer ejemplar de un coleccionable en Melilla tiene la paciencia para culminarla.