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TEXTO: A. M.
Martes, 24 de julio 2007, 15:15
MIKEL Essery, nacido en Zarautz (Guipúzcoa) pero residente en Donostia, de 54 años, era profesor y jefe de estudios de una escuela de San Sebastián, centro en el que siempre llevaba la iniciativa para organizar las excursiones. Ayer, un grupo terrorista en Yemen le arrebató de golpe a él y a otros cinco españoles todas sus ilusiones y proyectos. Muy conocido en círculos de la izquierda por su implicación en la lucha antifranquista y en «mil y una peleas de los movimientos sociales», su mente inquieta le llevó a recorrer mundo y a implicarse siempre que podía en los viajes de aventura.
Mikel era guía de 'trekking' y socio de la agencia de viajes Banoa, organizadora de este tipo de aventuras en el País Vasco. Essery había viajado varias veces a Yemen con esta agencia. En Semana Santa y las Navidades pasadas había dirigido a varios grupos por tierras de Argelia y el año pasado también estuvo en Namibia, según explicaron en Banoa. Esta vocación le hizo conocer bien el inglés, idioma que enseñaba a sus alumnos.
Siempre que había un periodo vacacional, Mikel se embarcaba en este tipo de aventuras. Hace poco más de un mes participó en una pequeña fiesta que organizó su agencia para presentar los viajes que ofertaba para el presente verano. El evento se celebró en un restaurante de San Sebastián y reunió a un buen número de amigos y compañeros de aventura.
Mikel siempre era receptivo a convocatorias relacionadas con los viajes, diapositivas, conferencias... Coincidió en muchos de estos actos con viajeros como Cristina Morató, Sebastián Álvaro, Roge Blasco, etc... Ese fue el caso de las jornadas literarias Viajes de Papel celebradas en la biblioteca de Bidebarrieta de Bilbao en la que estuvieron viajeros que solían plasmar sus experiencias en reportajes y libros.
Banoa ofrece el tipo de viajes alternativos que gustaban a Mikel: grupos de viajeros reducidos, duración larga -tres o cuatro semanas- y en los que el interés del lugar está muy por encima de la infraestructura hotelera de la zona. A su regreso, era habitual que exhibiera las numerosas fotografías que realizaba, ya que era un buen fotógrafo y en ocasiones montó exposiciones con sus trabajos.
Su asesinato ha conmocionado a su entorno, donde Mikel no pasaba inadvertido. El segundo de cinco hermanos, era una persona muy popular en Donostia y pertenece a una familia muy conocida tanto en San Sebastián como en Zarautz.
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