Un cura carismático

Ahora, un edicto del Obispado de Málaga puede dejar huérfanos a los creyentes de quien se ha convertido para ellos en todo un emblema de la barriada. La decisión de trasladar al joven sacerdote de 33 años hacia otra parroquia de Fuengirola ha movilizado a miles de asiduos a sus misas, además de a centenares de vecinos del distrito.

Reunión con el obispo

La recogida de unas 2.500 firmas reivindicando la permanencia del cura en la parroquia se ha topado con la oposición del máximo órgano eclesial de la ciudad. Una representación de feligreses de La Asunción acudió el jueves a una reunión con el obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto, que no obtuvo los resultados esperados, según explicaba ayer la vecina Mari Carmen Luna Márquez, para quien el traslado del párroco significa «la disolución del espíritu de unidad y cohesión que Ramírez ha sabido inocular no sólo a los fieles de La Asunción, sino también a la propia comunidad vecinal de Cruz del Humilladero».

Otras feligresas como Francisca García ven otros intereses en el traslado del cura. «Sospechamos que la decisión del Obispado responde a motivos económicos. Este cura, gracias a su carisma y su particular manera de entender la misa, tiene una capacidad ingente para recaudar recursos económicos. Así que su traslado a una iglesia de Fuengirola respondería a un intento de engordar las arcas de la curia debido a una posible mayor cantidad de feligreses».

Damián Ramírez se ha atrevido a subvertir dogmas clásicos de los ritos de la liturgia católica como el de la restricción a la mujer a tomar parte en la celebración de la misa. Varias niñas asisten como monaguillas al cura en cada rito, como es el caso de la pequeña Natalia Ortega Torres. «Yo no me había interesado nunca por la misa en La Asunción hasta que la modernidad de Damián me empujó a implicarme».

No son pocos los feligreses que ven el paralelismo de Damián Ramírez con la labor pastoral del sacerdote Enrique de Castro, más conocido como el 'cura rojo' de Vallecas. En torno a la figura de Damián Ramírez y a la parroquia de La Asunción, la oficina que Cáritas mantiene abierta en Cruz del Humilladero lleva a cabo una destacada labor social.

De momento, el traslado del padre Damián Ramírez, que prefiere no hacer declaraciones, parece ser cuestión de días. Lo que no desaparecerá nunca es la huella indeleble que su persona ha dejado en el distrito.