«Abra el capó y compruebe el nivel de aceite»
El nuevo examen práctico de conducir pone a prueba desde ayer los conocimientos técnicos al volante
M. ÁNGELES GONZÁLEZ
Martes, 22 de enero 2013, 02:15
¿Sabe dónde está la varilla que mide el aceite y cómo comprobar si tiene el nivel adecuado? ¿Y cómo se encienden las luces antiniebla? ¿Sería capaz de verificar la presión de los neumáticos? Si es un conductor experimentado tal vez haya hecho una o todas estas cosas alguna vez, pero ahora los más novatos también tendrán que demostrar que conocen las diferentes partes básicas del vehículo y su funcionamiento. Desde ayer, el examen práctico de conducir exige in situ una comprobación previa del estado del coche antes de iniciar la prueba. Cometer dos fallos en esta fase supone un falta leve, que puede ser determinante para el aprobado si el alumno incurre en otras nueve (una grave equivale a cinco leves).
Aunque las autoescuelas consideran que se trata de una prueba más difícil que la anterior, algunos alumnos malagueños no lo veían ayer así en la explanada ubicada frente a la Jefatura Provincial de Tráfico, punto de inicio de los exámenes: «No me ha resultado más complicado porque lo que piden son cosas básicas sobre mecánica», decía Ana María Campoy, que consiguió aprobar después de dos intentos fallidos.
Conducción autónoma
No fue la única que se marchó a casa con un 'L' debajo del brazo. Su amiga Noemí Chaves también superó la prueba, aunque admitió que estaba muy nerviosa. Después de que el examinador le dijera «abra el capó y compruebe el nivel de aceite», tuvo que conducir diez minutos de forma autónoma, sin indicaciones del conductor. Eso fue lo peor porque «no sabía por dónde iba», señaló. Su desorientación no le supuso un suspenso porque esta parte de la prueba, que ya se aplica desde hace más de un año en Málaga, persigue evaluar la destreza del alumno a la hora de circular y no si sabe ir a uno u otro destino.
No tuvo tanta suerte Marga Nieto, a la que le traicionaron los nervios cuando el examinador le pidió que desempeñara las lunas trasera y delantera: «Me he quedado en blanco», comentó al salir del coche con un suspenso por «impericia».
El primer día del nuevo examen provocó en algunos aspirantes a conductores más nervios de los habituales por la incertidumbre, no solo por las exigencias técnicas, sino también por la evaluación de la conducción eficiente: «Están intentando hacerla, pero no logran adaptarse», dijo uno de los examinadores, Antonio Gómez.
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