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Magdalena Sánchez toma datos al pie de la fuente de la Rejanada, en Antequera. :: ANTONIO VELA
MÁLAGA

Los exploradores del agua

Excursionistas y agentes forestales malagueños catalogan más de 400 manantiales en Málaga. De lunes a viernes trabajan en oficinas de la capital, y los fines de semana viven su pasión por el medio ambiente

IGNACIO LILLO ilillo@diariosur.es

Domingo, 24 de octubre 2010, 12:11

De lunes a viernes son 'banqueros', ella en una oficina de Unicaja de la capital, él en el servicio de informática de la misma caja de ahorros. Al llegar el fin de semana, Antonio Vela, de 52 años, y su mujer, Magdalena Sánchez, de 48, cambian el traje y la corbata por las botas de montaña y la mochila y se lanzan a descubrir los parajes más recónditos de la provincia. Desde hace dos años, su brújula -hoy GPS- no mira al norte ni al sur, solo marca la dirección del agua.

El equipo de expedicionarios que coordinan, formado habitualmente por una decena de personas entre adultos y niños, ha logrado catalogar hasta el momento más de 300 manantiales, casi la mitad de los registrados en la provincia, dentro del proyecto 'Conoce tus fuentes'. La iniciativa, que impulsan la Agencia Andaluza del Agua y la Universidad de Granada, pretende inventariar los manantiales, minas y veneros de Andalucía y poner de manifiesto la riqueza hídrica de la Comunidad (el archivo completo y los datos para participar están disponibles en www.conocetusfuentes.com).

«Hacemos montañismo desde los quince años. En 2008 vi en el periódico la noticia sobre este proyecto y me dije: 'Yo conozco veinte fuentes'. Pero no eran veinte sino una cantidad inmensa, y ahora, cuando salimos al campo nos dedicamos a ficharlas», relata. El nivel de detalle de su trabajo, con las coordinadas exactas de su ubicación, fotografías y la descripción del entorno le han valido el reconocimiento de los coordinadores. «Me gusta documentarme y ampliar las referencias».

Su ilusión es contagiosa y en Málaga ya hay un centenar de colaboradores. «Mi oficina está junto a la Diputación y varios funcionarios, que provienen de pueblos diferentes, se han involucrado y nos dan referencias de sus municipios», comenta Magdalena Sánchez. Sobre el terreno, los pastores y los habitantes de los cortijos y diseminados a menudo dan el empujón que falta para llegar hasta el objetivo. «La gente del campo conoce de dónde viene el agua y se preocupa por usarla bien. En las ciudades no se valora porque abres el grifo y sale».

Trabajo de campo

Son valores de respeto al medio ambiente que el grupo trata de inculcar a los más pequeños: «Los antiguos hacían un homenaje al agua; en cortijos abandonados, en terrenos agrestes solo se conservan las fuentes, muchas de ellas espectaculares».

El camino les descubre, además de la riqueza natural de un territorio donde el agua se abre camino de mil formas, un legado histórico en forma de infraestructuras hidráulicas: «Hemos encontrado minas del tiempo de los árabes que siguen manando; atanores (cañerías) de cerámica, conducciones de piedra, aljibes, alcubillas y abrevaderos».

Aunque el inventario ya cuenta con 742 puntos en los municipios de Málaga, el trabajo todavía tiene mucho recorrido. «Tengo entre 300 y 400 pendientes de catalogar, pero la cifra es incalculable; sabemos, por referencias, que en algunos municipios, como El Burgo y Yunquera, habría más de cien, la mayoría sin estudiar», afirma Antonio Vela. El grupo está centrado ahora en el estudio de Los Montes de Málaga, para lo que cuentan con la colaboración de los gestores del parque. Un paraje que tiene unas sesenta minas a la espera de ser descubiertas.

El núcleo duro del proyecto lo componen una decena de colaboradores, entre los que también están Santiago Rodríguez y Antonio Orozo, de 42 años y agentes de medio ambiente de la Junta, que ha hecho de Ronda el municipio andaluz con más referencias en el registro, por encima del centenar.

«Somos conscientes de la necesidad de conservación y protección de las fuentes rurales, a parte de que en nuestro trabajo rutinario se encuentran las fuentes prácticamente por el camino y tenemos una gran información del medio rural en el que nos desenvolvemos», comentan.

Sin embargo, ya no se contentan solo con los recursos que encuentran mientras trabajan, sino que están dedicando parte de su tiempo libre los fines de semana y por las tardes: «Nos desplazarnos con nuestros vehículos particulares a pueblos que están fuera de nuestra zona de trabajo».

En conclusión, como expone Antonio Vela: «El objetivo del proyecto es que la gente conozca los manantiales, los disfrute y se involucre en su protección».

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