Archidona recupera los toros con una exitosa corrida goyesca

Un extraordinario ambiente rodeó el festejo, celebrado en un coso portátil montado en el interior de su histórica plaza, engalanada especialmente para la ocasión. El pueblo disfrutó con la corrida y se volcó con los actuantes. Los areneros y otros empleados de la plaza vistieron de goyesco, al igual que los toreros.

Se lidiaron seis toros de Lagunajanda, terciados y que dieron buen juego en general. Curro Díaz hizo lo más potable de la tarde y como con la espada está hecho un cañón, pues fue el máximo triunfador con cuatro orejas. El jiennense recibió al primero con lances de regusto. Para los anales, el primer toro se llamaba 'Fulero' y pesó 485 kilos.

A media altura y templado

Toreando a media altura, trenzó la faena, muy despacio, con pases muy templados. Al recibir un achuchón por el pitón derecho, se echó la muleta a la izquierda y consiguió los muletazos más estimables. El torero estuvo delante sin apenas darle importancia a lo que tenía delante, lo que fue en su detrimento. Como lo rubricó de una gran estocada, la presidenta del festejo, Ana María Romero -que estuvo asesorada por Antonio Morente-, le concedió las dos orejas. En su segundo, Curro Díaz estuvo muy bien con la derecha, en una faena limpia, medida, llena de profundidad y de jondura, que transmitió. Repitió la suerte suprema de otro estoconazo y volvió a cortar dos orejas.

Tiene mucho mérito Mari Paz Vega. Sin ver un pitón en todo el año, toreó su primera corrida de la temporada y se la vio muy puesta, sin arrugarse. Manejó con soltura el capote en ambos enemigos. En su primero se encontró con un problema inesperado: cuando el toro salía del camión a la plaza se lesionó una pata, por lo que fue despachado en varas con un picotazo. Por este motivo, al burel le faltó un tranco y embestía de forma molesta. Falló a espadas con cuatro pinchazos y el toro se echó al ruedo. Saludó desde el tercio.

En el quinto del encierro, Mari Paz Vega, que tuvo en los tendidos una pancarta de apoyo, puso la carne en el asador con desplantes valientes como remate de algunos buenos muletazos. Estuvo mejor con la mano izquierda que con la derecha. La faena la coronó de una estocada y cortó dos orejas -hubo petición de rabo-, que paseó al grito de «¡Torera, torera!».

Vega, a cámara lenta

Salvador Vega toreó muy bien con el capote al tercero, que tuvo bastante movilidad. De hecho, entró dos veces al caballo. Vega toreó casi a cámara lenta, con unos redondos en los que se recreó, mostrando la mejor cara. Realizó un arrimón final para caldear el ambiente, pero falló con el acero. Mató de media atravesada y caída, y dos descabellos, dando lugar a que sonara un aviso. Se ganó la oreja.

Al último de Lagunajanda lo recibió con la rodilla genuflexa y realizó un quite por chicuelinas. El Patillas pegó un buen puyazo. El toro entraba con la cabeza un poco alta y Vega, en vez, de bajarle la mano y obligarle, lo toreó a media altura. Una vez que le bajó la mano, el toro obedeció y entró con claridad. Estuvo mejor con la mano izquierda, dejando pases de gran sabor. Mató de una estocada tendida y fue premiado por las dos orejas por la insistencia del público. Ojalá que sea el momento de su relanzamiento.

Al final, los tres toreros salieron a hombros de la plaza de Ochavada, un magnífico marco para una corrida que quedará grabada en la historia de Archidona. Al término del festejo, el alcalde, Manuel Sánchez, entusiasmado por la respuesta de la gente, comentó que habrá toros el próximo año.