La cotorra
La lucha entre especies nativas y especies invasoras suele ser desigual
Pablo Aranda
Miércoles, 2 de noviembre 2016, 09:44
En el mundo natural, las especies invasoras son peligrosas. El mejillón cebra, el mosquito tigre, la cotorra. El mejillón cebra, por ejemplo, coloniza tuberías y está acabando con especies autóctonas, sobre todo en Cataluña y Aragón. Las especies nativas, al no haber evolucionado junto a ellas, no pueden competir y son desplazadas. En el medio humano, sin embargo, las peligrosas suelen ser las especies nativas, que consideran mejillones cebra a hombres y mujeres llegados de fuera. Los hombres podemos evolucionar juntos, pero debemos querer y eso es mucho querer. En general nos gustan los mejillones cebra que vienen un ratito. Llegan en avión o en barco, recorren el centro, se comen langostinos tigre, pagan religiosamente, vuelven a su hábitat. El turismo produce el 11% de nuestro PIB. Pero imagínense que los turistas se quedasen y se fuesen los langostinos tigre. En algunos embalses hay tantos mejillones cebra que el ecosistema ha variado. Entiendo por eso a Rufián, que quiere una Cataluña nativa, y que venga al congreso de los diputados, el embalse central, y que hable más alto que los demás, como las cotorras, otra especie invasora. Fue en Barcelona, curiosamente, donde se detectaron por primera vez estas cotorras en libertad, en 1975, el año en que murió Franco, que nunca se moría. Los dictadores suelen vivir demasiado. El graznido de las cotorras es más potente que el de otras especies similares, así que al atardecer, algunos abrieron sus jaulas y dijeron titas titas para que saliese el pajarito, convertido en pájaro. También aparecieron en Murcia ese mismo año y, tres años después, en Málaga y Tenerife.
Hoy hay tres mil cotorras sólo en Málaga y las autoridades sanitarias aconsejan acabar con ellas. Hay formas poco dañinas, como recluirlas en una especia de CIE para animales y que se vayan muriendo. Rufián, por retomar ese fleco, acusa a Susana Díaz por apoyar a Rajoy. No tengo demasiados nexos de unión con Susana Díaz, aunque no considero que haya apoyado a Rajoy, con quien tengo menos nexos todavía, no obstante no me cuesta reconocer que fue él quien ganó las elecciones. Rufián pertenece a ERC, partido que apoya al partido que antes se llamaba CiU. Susana Díaz es andaluza, algo que vende mal en algunos ambientes, como si fuera una invasora exótica, y es fácil criticarla por su condición, por esa condición en concreto. En la presentación de un libro, me hicieron un extrañísimo comentario presuntamente elogioso: ¿escribes tan bien para compensar tu forma de hablar? Se refería al acento andaluz. Contesté lo que pensaba y no le di mayor importancia, para qué ocuparme de tonterías. Pero son muchas veces ya y, como trabajar, cansa. Tampoco es que canse mucho mucho, entiéndanme, pero un poco sí. Miro el mar y, en el día de los difuntos, lo miro como el gran cementerio en que se ha convertido. ¿No es mejor ocuparse de quienes mueren tratando de llegar a nuestro hábitat huyendo de la miseria y la guerra? Tratamos a personas como especies invasoras, exóticas, dañinas. Pero nos ocupamos de tonterías. Y encima ni sabemos hablar.
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