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FRANCISCO JIMÉNEZ
Jueves, 21 de abril 2016, 00:51
Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Málaga siguen sin avanzar en un acuerdo que permita la construcción de la tercera depuradora de la capital, prevista al norte del aeropuerto para canalizar las aguas residuales de buena parte del área metropolitana (Alhaurín el Grande, Cártama y Alhaurín de la Torre) además de descargar la estación del polígono Guadalhorce (al límite al asumir la capital, Torremolinos y Alhaurín de la Torre). Figuraba como uno de las obras estrella del ambicioso plan que el Gobierno regional diseñó en octubre de 2010 para lograr el vertido cero en cinco años, pero como la mayor parte del medio centenar de actuaciones programadas, no ha pasado de ahí.
Lo único que se ha hecho desde entonces ha sido un borrador de proyecto que ni siquiera tiene validez desde que la Consejería de Medio Ambiente decidió reducir su capacidad de tratamiento (de 100.000 a 43.000 metros cúbicos diarios) ante su incapacidad de poner sobre la mesa los 80 millones de euros en los que se estimó su coste. El Ayuntamiento, que es el que pone el suelo, lo rechazó de plano argumentando que ese caudal no permitiría liberar la planta del Guadalhorce. Así que el proyecto continuó guardado en el cajón.
Una parálisis que ayer volvió a quedar patente en la tercera reunión entre ambas administraciones para desbloquear el proyecto. A priori, el encuentro de ayer debería haber servido para avanzar en la solución intermedia que se planteó en diciembre del año pasado (llegar hasta los 70.000 metros cúbicos) y buscar la fórmula para financiar una inversión que rondaría los 60 millones, puesto que la Junta sólo garantiza 40 que procederían del canon que desde mayo de 2011 se viene cargando en el recibo del agua de todos los andaluces para costear obras de depuración.
Sin contactos con el resto
Entonces, se barajó la posibilidad de buscar fondos europeos a través de los gobiernos central o autonómico, aunque la que cobró más fuerza consistía en que los municipios implicados adelanten de forma proporcional parte del dinero para luego recuperarlo a través del citado recargo de depuración o incluso gestionando las instalaciones, que es lo que desde hace años viene planteando el Consistorio a través de su empresa pública de aguas (Emasa). El problema es que en estos meses ni siquiera se ha celebrado un encuentro entre la Junta y todos los ayuntamientos afectados, por lo que todo sigue igual.
Para quedarse con algo positivo, la predisposición de ambas administraciones a reactivar el proyecto. «Entendemos que la circunstancias actuales son las que son y que tenemos que ceder, pero siempre que se llegue a esos 70.000 metros cúbicos y a cambio de que cada uno pague lo suyo, porque los problemas de depuración lo tienen otros municipios, no Málaga», comentaba el concejal de Sostenibilidad Medioambiental, Raúl Jiménez, tras el encuentro mantenido con el delegado territorial de la Consejería de Medio Ambiente, Adolfo Moreno. Aunque no participó, el consejero andaluz del ramo, José Fiscal, sí que aprovechó su estancia ayer en la capital para mostrar su confianza en que pronto se logre un punto de encuentro, de forma que «este año» pueda iniciarse el procedimiento para la construcción de la nueva planta.
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