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VIVIR

Los jóvenes tienen muchos datos sobre sexo, pero poca formación

El aumento de abortos entre menores de 24 años cuestiona las campañas de prevención Sanidad prepara un plan para frenar esta tendencia antes de reformar la actual ley

MARÍA DOLORES TORTOSA

Sábado, 7 de marzo 2009, 13:50

«Estoy embarazada y no quiero tenerlo». Al menos 2.131 jóvenes y adolescentes de Málaga debieron pronunciar esta frase a lo largo de 2007, de ellas 16 eran menores de quince años y otras 690 tenían entre 15 y 19 años. Son datos del Ministerio de Salud que alertan de un incremento progresivo de los embarazos no deseados entre las jóvenes y que ha suscitado la alarma de las administraciones. En la antesala de aprobarse una reforma de la Ley de Aborto que despenalice definitivamente este y permita ampliar los plazos, las administraciones se encuentran que tantos años de campañas de prevención no han debido servir de mucho cuando en sólo una década se ha doblado el número de interrupciones voluntarias de embarazo, la mayoría en la franja de edad de los 16 a los 24 años. Por ello el Ministerio de Salud prepara un plan de acuerdo con las comunidades autónomas y la ayuda de un equipo de expertos que frene este aumento.

Un crecimiento imparable. Según el Registro de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) la tasa de mujeres (por cada mil en edad fértil 15-44 años) que en 2007 decidieron abortar fue un 91% más que en 1998 en el ámbito nacional. En el caso de Andalucía, se practicaron 20.358 abortos en 2007, 11,2 mujeres de cada mil en edad fértil, frente a las diez de 2006. Málaga figura a la cabeza de las provincias andaluzas, con 5.106 interrupciones en dicho año, casi doce de cada mil. Y aunque la franja de edad en la que más se practicaron abortos fue la de 20 a 30 años, lo que más alarma es la incidencia entre las más jóvenes, las de 15 a 19 años, casi setecientas, como se apunta al principio de esta información.

Son datos que «invitan a la reflexión», reconoce la directora del Servicio de Salud de Málaga, Yolanda González, quien admite que pese a las numerosas campañas preventivas «la tendencia sigue incrementándose» en Andalucía y en Málaga. «Es un problema de preparación de los jóvenes, tienen información, pero les falta más formación y en ello deben implicarse todos, no es una cuestión sólo de la Consejería de Salud».

'Póntelo, pónselo'

Desde aquella pionera y polémica campaña nacional 'Póntelo, pónselo' de 1990, han sido otras muchas las que bombardean a los jóvenes no sólo para evitar embarazos no deseados, sino también enfermedades contagiosas como el sida. Sólo el pasado año, la Delegación de Salud de Málaga se gastó 30.000 euros en comprar máquinas expendedoras de preservativos para los lugares públicos más frecuentados por los jóvenes. González recuerda que Andalucía ha sido pionera con el programa Forma Joven, «dirigido a promover entornos y conductas saludables entre la gente joven» y que se realiza con la colaboración de varias consejerías, ayuntamientos y otras entidades. Un total de 166.159 alumnos y 8.251 profesores (30.000 alumnos y 1.200 profesores en Málaga) participaron el pasado curso en actividades sobre el sexo seguro.

Málaga precisamente es una de las pocas provincias que cuenta con un centro de orientación sexual destinado a jóvenes. Por este centro han pasado varias generaciones de adolescentes de la provincia participando en talleres y cursos de educación sexual.

Pese a la labor realizada, María Jesús Alonso Llamazares, médico coordinadora del citado Centro de Orientación Sexual para Jóvenes de Málaga, es realista. «Se está igual que hace veinte años, poco ha debido cambiar cuando una chica de 16 años tiene que venir a escondidas a mi consulta por temor a sus padres, o que te sigan diciendo que creían que con la marcha atrás no se quedan embarazadas».

Lo que sí ha cambiado es el comportamiento de los jóvenes ante el sexo. El informe 'Juventud de España 2008', realizado por el Injuve, subraya que la edad media de la primera relación sexual se sitúa en los 16 años y diez meses. Desde 2004, las edades medias de inicio se han reducido en casi un año para ambos sexos. Otros datos del Instituto de la Juventud de Andalucía destacan que el 70% de los jóvenes entre 16 y 24 años sí utilizan el condón con frecuencia, pero no siempre. Un 5,5% confiesa que no lo ha usado nunca. Ahí está el peligro.

Marisa González, psicóloga de la Consejería de Educación, afirma que el peligro «es ser joven». Muchos opinan que «a mí no me va a pasar» y se confían en «asumir el riesgo». Para esta educadora sexual con cerca de 20 años impartiendo cursos a los jóvenes, está claro que estos tienen información sobre qué hacer y las consecuencias de la práctica sexual no segura, pero llegado el momento muchos pasan del preservativo. «El problema es el momento, cuando llegada la ocasión no ponen en práctica lo que saben, les falla la capacidad de llevarlo a la práctica».

El 'aquí te pillo, aquí te mato' puede ser literal. Los embarazos no deseados no es la única consecuencia del sexo sin protección. El modo de relacionarse también ha variado. Se cambia a menudo de pareja. Hace más de una década una pareja tardaba en ganarse mutuamente la confianza para la práctica del sexo. «Hoy una chica que lleva un mes con la suya ya quiere tomar la píldora», explica María Jesús Alonso. Y aquí evita el embarazo no deseado, pero no el contagio de una enfermedad infecciosa, como el sida.

Aunque el contagio ha disminuido, las cifras del sida siguen siendo preocupantes. Andalucía registró 207 nuevos casos en 2007, siendo Málaga de nuevo la provincia con mayor incidencia: 64 contagios, menos que en 2006 pero un tercio de los detectados en Andalucía.

La directora del Servicio de Salud provincial, Yolanda González, habla de Málaga como una ciudad costera abierta, con muchos estilos de vida y de una gran multiculturalidad para explicar que supere a otras provincias andaluzas en las dos estadísticas más preocupantes relacionadas con la sexualidad: abortos y sida.

Edad más temprana

Esta apreciación encaja en cierto modo con el análisis Juventud de España 2008, que destaca que la utilización de los métodos de protección para evitar embarazos e infecciones de transmisión sexual «ha mejorado entre los jóvenes españoles, pero son menos utilizados entre los inmigrantes», lo que, según este informe, ha contribuido al aumento de interrupciones en la última década.

Menor edad en el comienzo de las relaciones sexuales y menor formación en la juventud inmigrante han podido influir en la incidencia estadística, pero las expertas consultadas insisten en que «hay un problema de preparación» de los jóvenes, insiste Yolanda González.

¿Qué es lo que está fallando? «Pues la formación. Los jóvenes tienen muchos datos informativos sobre la sexualidad, pero carecen de educación sexual», advierte María Jesús Alonso. Los padres se limitan en la mayoría de los casos a darles explicaciones biológicas sobre el sexo, lo de dónde vienen los niños de toda la vida. Son explicaciones en la mayoría de las veces con connotaciones negativas, en las que se les advierte del peligro del sexo (embarazos, enfermedades). «Pero los jóvenes no quieren reproducirse, están hartos de que les hablen del 'tampax' y la regla, lo que quieren es que les hablen de los órganos sexuales, del placer. Ellos tienen una visión coital del sexo y quieren que se les aclaren las dudas sobre ello», señala María Jesús Alonso.

Pero hablar del placer del sexo a los hijos sigue siendo tabú. «Muchos prefieren que el experto sea el que les explique y se quitan el problema de encima». Por ello muchos padres delegan en los educadores, aunque a muchos de estos les pasa lo mismo. Prefieren que vaya el técnico, el psicólogo o el médico del centro de planificación familiar y charlen con los chavales.

Anticonceptivos

Unos por otros, los jóvenes siguen recabando información como pueden, con la confusa y caótica influencia de Internet. Los centros de planificación familiar tampoco son de mucha ayuda a veces, reconoce incluso Yolanda González. «Es cierto que a muchos jóvenes no les gusta encontrarse allí con su vecina cuando van a pedir que les recomienden o recenten anticonceptivos, pero estos centros están preparados para atenderles», insiste.

Un mejor acceso a los anticonceptivos es una de las recomendaciones que hace María Jesús Alonso, que es además presidenta de la Sociedad Andaluza de Contracepción. Sobre todo al de la píldora del día después, «llamada por algo en Estados Unidos la segunda oportunidad». Andalucía fue pionera también en ofrecer gratuitamente este anticonceptivo (en Málaga se les suministró a 10.608 mujeres en 2007), pero, según María Jesús Alonso, muchas jóvenes encuentran dificultades, ya que necesitan una prescripción médica y sólo tienen de plazo tres días para tomarla. «No es de recibo el peregrinaje de algunas chicas para que le receten la píldora», manifiesta.

Antes que el Gobierno concluya su plan, la Junta de Andalucía ha decidido redoblar sus esfuerzos de prevención, explica Yolanda González. «El gran reto que nos planteamos es llegar a ellos, que se reduzcan las barreras y que tengan mejor acceso a los anticonceptivos». Por ello se buscan otras vías mediante el programa Forma Joven. Una pasa por más cursos a profesores, padres y médicos de los centros de salud, y otra la de preparar a jóvenes como monitores en educación sexual y que orienten a sus propios colegas o compañeros.

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