Dos cacos sin tiempo que perder

Según comenta su madre, Esperanza Arjona, se llevaron en torno a 600 euros. «Los domingos son muy buenos días de ventas, por eso abrimos», añade. Durante toda la mañana, el trajín de clientes fue constante. Salvo un momento, el que aprovecharon los atracadores para perpetrar el robo. «Estamos todos muy asustados ya que, aunque nos han robado en otras ocasiones, nunca nos habían puesto a alguno de nosotros una pistola en la cabeza», asegura Esperanza ante la incredulidad y la sorpresa de sus clientes.

Incluso con clientes

Algo menos violentos, aunque igual de amenazantes, se mostraron estos dos individuos la mañana del martes en su nuevo objetivo: una farmacia situada junto a la rotonda de Torreblanca. En esta ocasión, no les importó que el establecimiento estuviera repleto de gente. «Había tanto jaleo que al principio apenas nos dimos cuenta de su presencia», narra una de las empleadas. Uno de ellos llevaba puesta una capucha y el otro, una camiseta en la cabeza que le tapaba el rostro. «Fue todo muy rápido; enseñaron la pistola, pidieron el dinero y se marcharon». Esta vez, el botín fue bastante inferior ya que no había demasiado dinero en el establecimiento.

La Policía Nacional está tras la pista de estos dos jóvenes, a los que se les atribuyen cuatro atracos cometidos en la última semana en Fuengirola. Además de la frutería y la farmacia, un bingo y una mujer a la salida de una administración de lotería han sido sus víctimas. Fuentes del Cuerpo aseguran que se trata de delincuentes comunes, que no pertenecen a ningún grupo organizado y que, probablemente, estén actuando con armas simuladas. Sus objetivos suelen ser pequeños comercios, por lo que el montante que se llevan no es excesivamente grande. Según indicaron a este periódico, la investigación se encuentra bastante avanzada, por lo que confían en que se pueda proceder a su detención en los próximos días.

Sin embargo, esta oleada de robos ha desatado la inquietud entre los pequeños comerciantes de Fuengirola. «Desgraciadamente, con la llegada del verano, al aumentar la población, se suelen producir más robos», comenta José Antonio, propietario de una tienda de calzados que no duda en aseverar que la solución pasa por aumentar la presencia policial.