La Junta limitará las operaciones de cirugía estética en menores de edad

La consejera andaluza de Salud, María Jesús Montero, presentó este borrador que ya ha sido consensuado con el sector al Consejo Andaluz de Salud, y espera que pueda estar aprobado por el Parlamento antes del final de la legislatura. Detalló que el interés por esta regulación surgió a raíz de la preocupación de los profesionales y las sociedades científicas por una demanda cada vez más indiscriminada.

380.000 operaciones

Según datos de la Sociedad Española de Cirugía Estética, en España se realizan cada año 380.000 operaciones destinadas a mejorar el aspecto físico en personas sanas, lo que sitúa a nuestro país en el cuarto puesto a nivel mundial en este tipo de intervenciones por detrás de EE. UU., México y Argentina. Se trata además de un sector que mueve al año cerca de 1.400 millones de euros, el doble que hace apenas seis años, y da empleo a 6.000 médicos.

Del auge de este fenómeno, que se incrementa a razón de entre un 5 y un 10% anual, da cuenta que desde el año 2000 el número de centros privados donde se realizan procedimientos de estética han pasado de 48 a 153.

Pero lo que más ha llamado la atención de los profesionales es el aumento del número de adolescentes que requieren intervenciones para mejorar su aspecto físico, principalmente referidas a la nariz (rinoplastias), aumento de pecho (mamoplastias) o corrección de orejas separadas (otoplastias). La consejera puso de ejemplo el hospital sevillano Virgen del Rocío, donde la comisión que evalúa las intervenciones de cirugía plástica y reparadora recibió durante el pasado año 50 peticiones, aunque muchas se descartan por ser consideradas operaciones de estética.

Aunque no hay datos sobre el número de intervenciones en adolescentes, el secretario general de Calidad de la Consejería de Salud, José Luis Rocha, apuntó que sólo en la ciudad de Los Ángeles el 10% de las operaciones se realizan ya a menores, «tendencia que podría corresponderse a nuestro país».

Montero recordó que el riesgo en este tipo de pacientes es aún mayor que en un adulto, dado que el crecimiento corporal aún no ha concluido y tampoco cuentan con la madurez necesaria para adaptarse al cambio de su cuerpo, por lo que la administración andaluza ha decidido dar el primer paso para mejorar la información y la seguridad de los adolescentes que se someten a estas prácticas.

La responsable andaluza de Salud subrayó que estas intervenciones -que por lo general no se realizan en el sistema público sanitario- deberán estar plenamente justificadas y documentadas.