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JOSÉ VICENTE ASTORGA jvastorga@diariosur.es
Martes, 25 de marzo 2014, 13:08
Tiene en la cabeza los números del día a día de un negocio que nunca cierra y para el que no cuentan las horas. Así es desde joven, cuando voló alto desde una granja de gallinas a una mejor vida empresarial en un matadero que hoy es pieza clave de la sexta cárnica del país. La unidad de éxito del emporio Famadesa sigue siendo el céntimo. En las ventas y en las compras cualquier mala o buena decisión va directa a una cuenta de resultados alimentada por miles de toneladas de jamones y embutidos y millones de kilos de cereal para pienso. «Es un mundo complicado, pero apasionante», dice esta autoridad en el sector, que fija por videoconferencia en España cada semana el precio del kilo de cerdo blanco en Mercolérida, junto a otros siete directivos de grandes grupos del país.
-Me parece que usted es de los que no desconecta nunca.
-La verdad es que cuando haces lo que te gusta y te apasiona, para qué vas a desconectar, y si además cuentas con un equipazo fabuloso... La fábrica abre de ocho a dos y de cuatro a nueve, menos los domingos, que hay turnos especiales para limpieza, vigilancia y otras cuestiones. Hace 15 o 20 años intenté una semana de vacaciones y me sentí fatal. Yo, al segundo día de un viaje, lo paso mal. Viajar como hace esta gente -señala con la cabeza el despacho que ocupa su hijo Guillermo- 15 días a Singapur es que me muero. Yo hago lo que de verdad me hace ilusión. Hay días incluso en que me he vuelto de un atasco camino del aeropuerto para una reunión en Madrid, y le he dicho al chófer: nos volvemos, y estoy tranquilo porque ese día soy el tío más feliz del mundo con la agenda abierta.
-¿Tomará al menos vacaciones?
-Cogí una semana cuando me casé en el año 80 y otra que estuve en Tailandia. Desde entonces, nunca más.
-Aquella granja de gallinas con la que empezó ¿era sólo en busca de un medio de vida razonable?
-Mi inquietud ha sido siempre hacer cosas, pero nunca una empresa mediana o grande como la que tengo ,y ambiciones tampoco, pero es una inercia. Mi satisfacción es crear riqueza, dar empleo y no mucho más.
-Si está en los grandes números y también en las pequeñas cosas de la empresa ¿no cree que distrae energías?
-Creo que no. Esta semana por ejemplo, nos ardió un tractor de cien mil euros aquí en la granja de Campanillas. El chaval no pudo apagarlo, él se cabreó por la cartera y el móvil que ardieron, y yo, por el tractor. Ese mismo día, un trailer de los nuestros tuvo un problema.. No vale preocuparse. Hace años me hubiera enfadado, pero ¿qué adelanto?
-Concejal, presidente del Málaga... ¿Un día se le quedó pequeño el terreno empresarial?
-Las cosas surgen, van apareciendo. Siempre he sido un hombre trabajador, luchador y si eres honrado, como decía mi padre, lo demás te viene. Lo de concejal fue una circunstancia, estuve dos legislaturas y con gran satisfacción, luego presidente del Málaga cuando estaba hundido y un grupo de empresarios y amigos nos reunimos y todos decidieron que yo fuera el presidente y el proyecto salió. Nunca lo hemos tenido tanto tiempo en primera y no es por echarme flores, pero creo que puse unos cimientos bien hechos. El gerente sigue siendo el mismo, hasta hace poco el delegado de campo. Gente que lleva desde el 94.
-Meterse a presidente de un club sin salir escaldado y ganando dinero tiene su mérito.
-Es lo más difícil que he hecho en mi vida. Pienso que en los puestos hay que estar el tiempo justo. Tuve que salir y continuó Fernando Puche y todo fenomenal. Si yo hubiera querido seguir más tiempo, al final me habrían echado y hubiera sido triste. No le tengo apego a los cargos. Fíjese que fui árbitro, presidente del colegio de árbitros, y estuve cuatro meses. Federico 'el breve', me decían. La mayoría estaba un porrón de años en ese puesto.
-En esta etapa complicada 'postjeque', ¿ha tenido la tentación de liarse el turbante a la cabeza y volver?
-No. Segundas partes nunca fueron buenas. Creo que lo ha hecho bien, aunque ahora no están bien las cosas. El hombre ha hecho lo que ha podido, pero creo que el proyecto volverá a la normalidad.
-¿Qué lección le dio el paso por la política?
-Que empresarios y políticos acabamos siendo incompatibles. Pienso que para ser político tienes que demostrar al menos ser un buen profesional en lo tuyo. No se puede llegar a la política y ser sólo político. Tienes que demostrar que lo haces bien en lo tuyo.
-Pero eso es muy radical.
-Bueno, para gestionar el dinero de los ciudadanos has tenido que ser bueno en lo tuyo, un buen médico, buen ingeniero, arquitecto, albañil o fontanero. Me da igual. Exigiría haber cotizado a la Seguridad Social cinco o diez años para tener un alto cargo de responsabilidad política. Los políticos de hace 20 años eran distintos.
-Pero muchos son sólo políticos y siguen en la política.
-Algunos siguen, sí, pero todo ha evolucionado mucho. Con tanto desarrollo de Internet... tanta información, pienso que el político antes lo tenía más fácil y ahora más difícil.
-¿Qué aconsejaría al alcalde de Málaga sobre el asunto del agua?
-Es complicado, con su objetivo de gastar poco. El agua es un servicio que hay que pagar, y más el que más gasta pero también tener en cuenta qué familia hay en una casa. No tengo muchos datos, pero si escuchas al alcalde le das la razón; a la oposición, también. La medida se tenía que haber estudiado más porque es impopular. Los malagueños lo están pasando no muy bien.
-Cuándo escuchó a De la Torre decir que se duchaba con 11 litros, ¿qué pensó?
-El alcalde es muy amigo mío. Le tengo mucho cariño, pero yo gasto bastante más (ja, ja, ja). Aparte de vivir solo gasto más y algunas veces me baño en vez de ducharme. ¿Por qué no puedes gastar 50 litros si no hay un problema de sequía y pagándolos claro?.
-¿Cómo se han organizado en Famadesa ante la crisis?
-Nos hemos apretado el cinturón todos. Hemos tenido la suerte de seguir creciendo, a menor ritmo que antes, claro. En los últimos cinco o seis años hemos seguido abriendo nuevos mercados, con menos margen, claro pero es lo que toca. El que resiste, ve la luz. Estamos saliendo de la crisis. En una reunión con mi equipo, lo interesante es seguir con ilusión cuando llevas seis meses perdiendo, porque si a los dos meses quieres tirar la toalla, malo porque serías un especulador. El año pasado, siete meses consecutivos de pérdidas, no lo habíamos conocido en 40 años. El 2014 apunta mejor.
-Aparte de la crisis actual, ¿qué momento fue el peor de Famadesa?
-Cuando había que ser Europa, a mediados de los 80, y nos dieron un plazo para un matadero nuevo. No sabíamos qué íbamos a hacer. Éramos cinco socios y algunos con pocas ganas de invertir en un matadero más grande, como al final hicimos. Invertimos sobre mil millones de pesetas. La mayoría estaba de acuerdo, aunque yo tenía minoría. Hubo quien pensó que no lo haríamos, pero se hizo en tiempo récord. Fue el gran cambio. De sacrificar 300 cerdos al día a 4.000.
-¿Son los primeros de Andalucía?
-Junto a otro en Málaga.
-¿Cuándo decide ser empresario individual?
-Me fueron vendiendo participaciones los socios. Le dimos la vuelta a la empresa desde el 83. A los últimos les compré hace tres años y medio las últimas acciones. Tener la mayoría fue una casualidad. Llegué a tener el 50 por ciento y hace poco compré lo último.
-Los consejos serán bastante más aburridos
-Siempre lo fueron, salvo cuando entre algunos socios hubo rivalidad. Éramos un padre y un hijo, dos hermanos y yo, pero yo decía blanco y era blanco. Era normal que pidieran más reparto de beneficios, pero a mí me ha gustado invertirlos. Cuando a mí me dicen: es que tú tienes mucho dinero, les digo: no tengo un duro, ni cuentas en este país ni fuera de él. Siempre tengo deudas. El mejor socio que uno puede tener son los bancos. Te dejan dinero y cuando les pagas dejan de serlo. Siempre he funcionado con créditos.
-¿Y ese salto en el negocio que persigue con el acuerdo con DCOOP, la antigua Hojiblanca?
-Es lo que los dos queremos, ya que ellos tienen un montón de cooperativistas, con nuevas explotaciones de cerdos. En Málaga somos deficitarias en cerdos porque los dos grandes mataderos de Andalucía están aquí y estamos trayendo animales de Murcia y de otros puntos, traer ese valor añadido. Una alianza para producir más.
-¿Cómo lleva un empresario andaluz como usted que el precio del cerdo se fije en Cataluña?
-Bueno, yo soy socio de Mercolérida y hace poco me han premiado por acertar el pronóstico. Nos reunimos cada jueves, somos ocho mataderos y ocho ganaderos. Los mataderos son cuatro catalanes y otros de fuera :El Pozo, Fribin, de Huesca, Famadesa y Campofrío de Burgos, Representan como yo digo, a España. Allí hacemos la lonja y se pone el precio por semana del kilo de cerdo vivo, pero antes hacemos un pronóstico. Los ganaderos quieren subir el precio y nosotros bajarlo. Es un pronóstico secreto antes de la reunión, y si has acertado pleno sacas un 10, si te equivocas en un céntimo sacas un 6 y en 1,5, suspendes. No se gana nada, sólo el reconocimiento. Esta semana ha estado a a 1,20. Veníamos de 1,50. Europa está subiendo, pero todo es oferta y demanda e intuición sobre la previsión de datos de matanza, tanto del número como el peso medio de los cerdos. Si el peso sube es porque no se venden.
-El cerdo es una carne barata, para tiempos 'de crisis'.
-Es la más consumida en el mundo. El primer productor es China y necesita comprar. En Europa es Alemania y después nosotros. Lo estamos haciendo bien. Exportamos más del 30 por ciento.
-Pero si un mismo empresario, como es su caso, es ganadero y sacrifica, el juego puede ser arriesgado como empresa.
-Eso lo dicen los llamados 'mataderos puros', pero es todo lo contrario. Ellos tienen miedo. El mayor productor, Vall Companys, en los últimos cuatro años tiene las dos patas del negocio. Tenían dificultades para vender y han comprado los tres grandes mataderos de España. Tienen la ventaja. Este año ha sido malo para los mataderos. Hay que hacerse más grande y agruparse, tendrás fábrica de piensos, granjas, mataderos. Con que cada eslabón te dé algo, la suma total se nota.
-¿Se considera tan listo como inteligente?
-No lo sé. Lo dice la gente. He sido sencillo y humilde y lo sigo siendo. Muchos piensan antes de conocerme que soy distante y serio. En la vida siempre hay oportunidades, pero hay que tener ganas y ser constante. La gente quiere esprintar y llegar pronto.
-¿Habrá sentido de cerca la envidia de algunos ejecutivos por su capacidad de hacer fortuna?
-Hice el master de San Telmo en Sevilla y de lo que más aprendí es ver a personas de alta cualificación sin apenas idea de negocios. Llegué con mucho miedo. Había sido jefe de ventas, pero negociaba mejor y veía antes que muchos de ellos las cosas. Me llevé la sorpresa de que no eran tan listos como pensaba.
Pronósticos
-¿Se le dio tan bien pronosticar el fin de la burbuja como el precio del kilo de cerdo?
-Verá, sí acerté a medias, porque no me metí en nada aunque tuve importantísimas oportunidades. Participé en una compra con otros socios, hice algún pinito, me quedé con algunos solares. Me sirvió para decirme: Federico, no te metas porque no era lógico ganar tanto en tan poco tiempo. Había demasiados listos, algo fallaba. O yo seré un poco torpe, pero nunca me apeteció pero aquello, que duró más tiempo que el que pensábamos. Pienso que el parón se podía haber hecho más ordenado desde el Gobierno. Nos hubiera costado menos a todos. Lo que no vale son los pisos en lo alto de un cerro, no sé debió autorizar y algunas cajas y bancos daban ese dinero tan fácil.
-¿Piensa que si estuviera en otro sector, de alta tecnología por ejemplo, tendría otra proyección?. La industria cárnica, el cerdo, no es muy mediático...
-Estamos un poco abandonados, pero tenemos la culpa nosotros mismos. Nos hacemos la competencia entre nosotros. Lo nuestro es dificilísimo. Las ventas las hacemos como podemos. Costos iguales pero precios de venta muy diferentes que nos marcan las grandes superficies y los almacenistas. Esta semana por ejemplo, yo tengo que vender esta semana 22.000 cerdos, 42.000 jamones, 23 trailers de jamones. No es fácil. Un cliente me pone los precios y a partir de dos días, ¿qué hago si no vendo? ¿Paro de matar la semana que viene? En Francia el precio subió ahora doce céntimos y menos mal que acordé precio para dos semanas. Nosotros tenemos entre un 25 a 30 de cerdos propios gracias a 21 granjas de madres y a otras cien en diferentes fincas con compromisos de vinculación.
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