Francisco Mochón Morcillo: «Aunque parece que no existe, el consejo social está detrás de muchas cosas»

Los presupuestos de la UMA no acapararon esta vez la atención que es habitual en la última reunión del año que celebra el Consejo Social. Francisco Mochón Morcillo anunció a todos que se marchaba, que dimitía de su cargo «por responsabilidad». Un nuevo proyecto le quitará tiempo y «a mí me gusta volcarme en lo que hago», dijo.

-¿Qué le ha empujado a presentar la dimisión tras dos años al frente del Consejo Social?

-Acabo de llegar de estar 15 días en México, donde tengo en proyecto una colaboración que me va a obligar a estar allí 15 días al mes durante los próximos dos o tres años y además con una agenda que no voy a poder controlar.

-Pero el Consejo Social no le exige una dedicación exclusiva ni presencia física diaria...

-Es cierto, pero es difícil estar pendiente de las reuniones y de los temas que abordan. Por ejemplo, uno de ellos estos últimos meses ha sido la elaboración de un protocolo económico-financiero, que hemos presentado en el último consejo y que trasladaremos al resto de universidades andaluzas. No es que tenga que estar continuamente ahí, pero la proximidad es importante. Aunque no he tenido dedicación exclusiva, raro era que no tuviera una reunión cada quince días.

-¿Cómo ha recibido la rectora su decisión?

-Mi decisión no la conocía nadie. Fue cuando aterricé de México hace unos días cuando pensé que mi nuevo proyecto me iba a llevar un tiempo y que tenía que tomar una decisión. Me gusta volcarme en lo que hago y aunque parece que el Consejo Social no existe, está detrás de muchas cosas.

-¿Por qué cree usted que es tan necesario?

-El Consejo Social es una herramienta de control, que procura acercar lo máximo posible la Universidad de Málaga a la sociedad y, sobre todo, al tejido empresarial. Debe de estar en la sombra y creo que durante estos dos años no hemos tenido ningún problema, afortunadamente.

-¿Qué destacaría de su gestión?

-Málaga y su Parque Tecnológico son el epicentro de Andalucía, donde mayor número de proyectos sobre economía digital se están llevando a cabo. Hay un grupo de investigadores en el campo de la ingeniería informática y las telecomunicaciones que, en estrecha colaboración con las empresas del PTA, están logrando que Málaga despunte. Aunque haya otras universidades más grandes y más importantes, en tecnología avanzada, Málaga ocupa el primer puesto. No en vano, acogerá el primer polo nacional de contenidos digitales para la creación de empresas, gracias al protocolo firmado por el Ministerio de Industria y el Ayuntamiento de Málaga. Estoy convencido que en la decisión del Gobierno ha pesado el papel investigador de la universidad. El éxito de Silicon Valley es porque está allí Stanford y lo que está creciendo Nueva York, que es ahora mismo el centro más dinámico de toda la economía digital y las nuevas aplicaciones, se lo debe en parte a la Universidad de Columbia. Detrás de cualquier proyecto tecnológico hay ahora una universidad.

-¿El proyecto que desarrollará en México también está relacionado con la economía digital?

-Se trata de desarrollar contenidos digitales para la formación online con un grupo de editoriales ligadas a la Universidad Autónoma de México. Hasta ahora, me he dedicado a escribir libros para el papel, pero el futuro ya no está ahí y hay que ir adaptándose

-¿Con qué se queda de su paso por el Consejo Social?

-Fui alumno de la Universidad de Málaga, profesor, catedrático y hasta decano de la Facultad de Económicas, pero desde hace 20 años estoy en Madrid. Me quedo con el crecimiento tecnológico que ha experimentado la UMA en estos últimos años. El buen nivel de la investigación aplicada y de los equipos han sido, sin duda, una gran sorpresa.