Delfín (del periodismo)

De todas modas, no soy capaz de hilar mucho más allá de un aplauso a las gestiones de este centro, que en un año se ha convertido en referencial; y a todas las compañeras y compañeros creadores que trabajan alrededor de él.

Ahora hablaría de otra cosa de la que me doy cuenta cada vez que emigro, como muchas de las personas a las que me acabo de referir arriba. Cuando emigramos, de forma distinta a cuando viajamos, aunque también entonces lo hacemos, desatendemos los medios de comunicación, a no ser que viajemos porque los medios sean nuestra profesión o nuestra pasión primitiva.

Pensaba en cómo la supervivencia personal de un viajero o un emigrante machaca por completo el impulso de consulta de qué pasa más allá de nuestro espacio vital, lo que también nos pasa cuando estamos en el vórtice en una tórrida relación amorosa. Entonces, ¿es el periodismo un elemento de éxito proporcional al grado de acomodación o de desamor de una sociedad?

Estos días me cuesta escribir y consultar noticias, no sólo porque no estoy aquí, sino porque el nivel de amor propio y de atención por la propia supervivencia tiene necesariamente que aumentar para encontrar tu sitio en un nuevo enclave. Pero lo valiente no quita lo cortés; y todos seguimos amando nuestra pequeña ciudad, incluso David Delfín se revolcaba de alegría en la pista de baile improvisada de La Térmica de amor por Málaga, inolvidable y sensual, como las mejores e incluso las peores noticias.