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Los adjudicatarios de puestos fijos montan de madrugada. :: M. C. J.
CostadelSol

Decenas de parados hacen cola de madrugada para lograr un hueco en un mercadillo de Benalmádena

El rastrillo del Parque de la Paloma de Benalmádena supera cada semana en invierno la demanda de espacio pese a contar con hasta 350 parcelas

MARI CARMEN JAIME

Jueves, 7 de noviembre 2013, 08:12

La jornada del miércoles empieza para Ana Rodríguez a las dos y media de la mañana. A sus 67 años, esta residente de El Pinillo reconoce que «no duerme» para poder preparar los bártulos que cada semana traslada hasta el parque de La Paloma, en Benalmádena, «sin saber si finalmente podré montar un puesto o me quedaré sin hueco». Y es que la mala situación económica ha hecho que la demanda de parcelas para la venta en el abasto de segunda mano de la localidad se haya multiplicado en los últimos tiempos. Como ella, son decenas los vecinos de toda la Costa del Sol Occidental los que acuden a este entorno de Arroyo de la Miel semanalmente de madrugada con la intención de hacerse con algunos ingresos para intentar llegar a fin de mes.

«Tengo una pensión no contributiva de 350 euros, cuatro hijos de los que una está estudiando y otro en paro; es con esto y apenas llego a fin de mes», admite esta madre de familia separada que, aunque participa desde hace tres años en el rastro, aún carece de una ubicación fija, cosa que sí tienen otros 300 vendedores.

La diferencia entre quienes tienen su parcela reservada y quien no radica en el cambio de concesión que hace dos años vivió la organización de esta actividad. Hasta 2011, una adjudicataria se encargaba de gestionar la jornada de compra-venta, «al cumplirse la concesión, el área de Bienestar Social decidió realizarla directamente para obtener fondos -se cobra 10 euros por cada espacio- con los que obtener financiación para hacer frente a los gastos del servicio de comedor social que ofrece el municipio», apunta el responsable del área y primer teniente de alcalde, Francisco Salido. De esta manera, quienes participaban con la concesionaria mantuvieron sus espacios y los restantes, al menos 50, se reparten por estricto orden de inscripción cada semana.

Para hacer este reparto, la Policía Local abre un listado a las cinco de la mañana. Antes de la apertura del recinto, en torno a las ocho, «se comprueban cuantos huecos están libres -en ocasiones son más de 50 ya que hay vendedores fijos que pueden no acudir- y se ceden a quienes están inscritos», explica Francisco Cañete, asesor de Bienestar Social.

Incremento de vendedores

La obtención de una plaza fija en el recinto depende de la baja de uno de los vendedores permanentes, circunstancia que en pocos casos se da. «La situación ha cambiado mucho últimamente, cada vez hay más gente que quiere vender y menos dispuesta a comprar, que además quieren hacerlo a un precio más barato», resume Francisco Javier Paz, adjudicatario de un espacio estable cada semana. Este desempleado que no tiene derecho a la ayuda a parados de larga duración a falta de un mes de cotización para llegar al mínimo de requisitos que se exigen, asegura que «para cubrir los gastos mensuales no solo hay que acudir semanalmente a Benalmádena; tienes que hacer lo mismo en los alrededores: Mijas, Coín y Málaga al menos». Así las cosas, es poco habitual que los más antiguos abandonen sus parcelas.

Bienestar Social se reserva el derecho de retirada de concesiones para los casos en que el vendedor se ausente sin justificación alguna hasta en tres ocasiones consecutivas. Desde el área, reconocen que aunque la lista de espera es amplia, durante los meses de verano «la demanda cae en casi un 50%», ya que son muchos los que optan por no acudir a una jornada laboral que empieza antes de las ocho y acaba, en ocasiones, pasadas las cuatro de la tarde.

«Pero quien se toma en serio esta actividad no solo trabaja el tiempo que se ve aquí: hay que recopilar objetos, limpiarlos y clasificarlos para poner a la venta artículos interesantes y sacar algo de beneficio», explica Rodríguez, a quien esta semana el no dormir le ha beneficiado a la hora de hacerse con un lugar para poder vender en La Paloma.

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