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JUAN SOTO
Viernes, 21 de junio 2013, 13:11
La celebración de la festividad de los patronos San Ciriaco y Santa Paula pilló ayer por sorpresa a numerosos malagueños. La modificación del color rojo en el calendario -sustituyendo al 19 de agosto, cuando se conmemoraba el 500.º aniversario de la toma de Málaga por parte de los Reyes Católicos- hizo perderse a muchas personas, que acudieron con normalidad al Centro y superficies comerciales para realizar compras o gestiones con las diferentes administraciones.
Las preguntas en los bares y entre propios viandantes fue la misma durante toda la mañana: «¿Qué pasa hoy?», «¿Por qué está todo cerrado?». Tal fue la confusión reinante que incluso algunos despachos abrieron con normalidad. «Han venido a trabajar porque no sabían el cambio del festivo», explicaba Miguel, uno de los 'gorrillas' apostado en la calle Vendeja.
Marcos Santos se presentó en la puerta de Capitanía Marítima con la intención de realizar unas gestiones y se topó con la puerta cerrada: «Vaya viaje en balde que me he pegado», sostenía al tiempo que se interesaba por los motivos del cambio. «Creo que le han quitado un día a la feria», le contestaba otra persona que pasaba por la zona.
Pese a la jornada festiva, algunos negocios hicieron la guerra por su cuenta, como un supermercado ubicado en la Alameda de Colón, que abrió sus puertas, o los operarios que trabajan en las calles del Soho, que también hicieron como si se tratara de un día laborable. «Nos han dicho que tenemos que venir, y ni nos lo hemos pensado», sostenía uno de los trabajadores de la zona.
Despistes
El cierre de la mayoría de los negocios y de los centros comerciales sorprendió también a los turistas que visitaban el Centro. Ana Marcos, una cordobesa que se había desplazado con sus hijas a la capital, trataba de encontrar algo abierto para comprar. «¿Pero de verdad que está todo cerrado?», se preguntaba al volante de su vehículo. «Pues vaya faena -añadía-, así no sé cómo van a remontar las ventas con la crisis».
Muchos taxistas también se toparon con el festivo de golpe. Marcos Soria, que esperaba clientes en la calle Córdoba, explicaba: «Me enteré ayer porque me llamaron para cambiarme la cita de la ITV, ni ellos mismos sabían el cambio». Para este colectivo, el cambio no fue muy positivo, ya que la nula actividad en el centro restó trabajo. «Si lo llego a saber, me quedo en casa», dijo.
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