Frío y calor
'El dragón de hielo'
ANTONIO A. GÓMEZ YEBRA
Sábado, 8 de diciembre 2012, 02:17
Hermosa fábula donde la lucha del bien y el mal se traslada a la lucha entre el frío y el calor. Algo tan antiguo como la época en que dragones y seres humanos convivían y luchaban juntos o entre sí.
En este caso hay una niña protagonista, Adara, que nació en un invierno muy frío, y a quien su padre directa o indirectamente acusa de ser la culpable de la muerte de la madre en el duro trance del parto.
La niña, nacida bajo el signo del frío, lo soporta más que ningún otro miembro de su familia y de su reino. Un reino que está siempre en lucha contra otro: el eterno combate entre el norte y el sur.
Adara vive intensamente el invierno, construye un castillo de nieve, se relaciona con lagartijas de hielo, y, en especial, con un dragón de hielo, sobre el cual terminará montando como gélida amazona celeste.
John (su padre) y Hal (su tío) significan el amor a la tierra (el arraigo) y el amor a las armas. Ambos hermanos se enfrentan por sus ideas, pero John decide quedarse en su granja en lugar de huir ante el inminente ataque devastador del enemigo.
La llegada de las tropas invasoras (dragones de fuego) será contrarrestada por la llegada del dragón de hielo. En la lucha cada cual aportará su razón de ser, el hielo triunfa ante el fuego, aunque este sea superior en efectivos. El dragón de hielo demuestra su amor dando su vida en la lucha.
Pero ganar un combate no significa ganar la guerra definitiva. Adara terminará huyendo hacia el sur. Cuando regrese al norte todo habrá cambiado: sus manos serán calientes, y ya no podrá jugar con las lagartijas de hielo.
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