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M. PÉREZ
Miércoles, 5 de septiembre 2012, 03:32
Los problemas de saneamiento en la calle Santo Domingo, en la barriada El Pilar, siguen siendo una de las principales quejas de los vecinos de la zona ante la insalubridad que, aseguran, representan las fosas sépticas existentes. Los últimos en alzar la voz contra esta situación han sido los concejales de IU que han vuelto a solicitar al equipo de gobierno local que actúe contra estos problemas «que obligan a los residentes a conectar su saneamiento con fosas sépticas, incumpliéndose las normas más elementales de salubridad y salud ambiental».
En este sentido, para el portavoz Enrique Monterroso «hablar de fosas sépticas en el casco urbano de Marbella a estas alturas pone de manifiesto las desigualdades existentes en la ciudad y el abandono que el equipo de gobierno mantiene en las barriadas». El representante de IU explicó que «tras los fastos del verano es momento de recordar que Marbella tiene aún múltiples carencias en sus barrios como las existentes en la calle Santo Domingo, donde aún perduran las fosas sépticas o pozos negros como forma de eliminación de las aguas grises».
Monterroso lamentó que la Marbella turística que ofrece múltiples atractivos a los visitantes «desatienda al mismo tiempo las peticiones básicas del vecindario donde viven los trabajadores, los que hacen posible las bondades económicas que reporta el turismo».
Petición a Aquagest
Desde Izquierda Unida se ha exigido al equipo de gobierno del PP que «obligue» a la empresa Aquagest a dar una solución inmediata a la situación que demandan los vecinos. «La alcaldesa debe defender a los vecinos y deben realizarse las infraestructuras necesarias para permitir el enganche al saneamiento de las viviendas, más aún cuando se da la paradoja de que desde principios de año estos vecinos vienen abonando a Aquagest un impuesto por un servicio de saneamiento que no tienen».
A los problemas de salubridad y malos olores inundaciones por desbordamiento se une, según la formación de izquierdas, el sentimiento de indignación entre los vecinos por el «maltrato por parte de los responsables municipales».
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