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Un siglo del robo del siglo
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Un siglo del robo del siglo

Aún hoy mantiene parte de su enigma el rocambolesco robo de 'La Gioconda' de 1911, del que fue acusado Picasso

MIGUEL LORENCI

Viernes, 19 de agosto 2011, 04:12

En un siglo no se han aclarado todos los enigmas del robo más sonado de la historia del arte. El 21 de agosto de 1911 un escalofrío atravesó a Louis Béroud, pintor que dio la alarma. 'La Gioconda', el emblema del Louvre, su pieza más valiosa, se había esfumado del salón Carré. La obra maestra de Leonardo Da Vinci dejó un escandaloso hueco entre dos pinturas de Correggio y Tiziano. El robo de la sonriente joven retratada por Leonardo en Florencia entre 1503 y 1506 concluyó con final feliz dos años después. Reapareció sana y salva en 1913 en uno de los episodios más rocambolescos de la historia del arte.

«Es el mayor escándalo que el mundo cultivado ha conocido», resume Jérôme Coignard, autor de 'Una mujer desaparece' (inédito en español), donde reconstruye un robo que investigó 12 años. Muchas preguntas sin respuesta sobre un suceso que salpicó al mismísimo Pablo Ruiz Picasso y a su amigo Guillaume Apollinaire. Pintor y poeta fueron detenidos e interrogados un mes después como presuntos ladrones. Apollinaire había propuesto quemar el Louvre y Picasso tenía antecedentes por comprar arte robado.

Tras dos desconcertantes años sin pistas, la pintura reapareció en la Florencia donde había sido pintada cuatro siglos antes y de la mano de 'otro' Leonardo. «Tengo en mi poder la obra robada de Leonardo Da Vinci. Mi sueño es devolver esta obra maestra a la tierra de la que procede y al país que la inspiró», decía la misiva remitida desde París en noviembre de 1913 al anticuario Alfredo Geri. Geri se lo comunicó a Giovanni Poggi, director de Galleria degli Uffizi, invitó al remitente a mostrarle la pintura en Florencia, lo citó en el museo y avisó a la Policía.

El Leonardo de pega fue detenido y 'La Gioconda' recuperada. En diciembre de 1913 viajó de vuelta a su casa en la rue Rivoli, de la que faltó 24 meses y 111 días. Regresó al Louvre el 4 de enero de 1914. Vincenzo Peruggia era el nombre del 'captor', un carpintero que trabajó en el Louvre y quería «resarcir» a Italia del expolio artístico de Napoleón. Pero no encajaba, según R.A. Scotti ('El robo de la sonrisa').

No hay una explicación factible sobre el verdadero móvil de Peruggia y quién estaría tras su acción. Scotti se inclina por el estafador argentino Eduardo de Valfierno. Pero Peruggia fue el autor material del robo y se cree que devolvió la pintura ante el silencio de Valfierno. Durante dos años, la enigmática sonrisa de la 'Mona Lisa' brilló en su cocina. Martin Caparrós lo novela en 'Valfierno', premio Planeta en 2004.

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