«Se trataba de engañar a ETA»
Eguiguren declaró ante el juez que las promesas de no detener terroristas eran «invenciones»Josu Ternera, que se hacía llamar 'George', llevaba la voz cantante en las reuniones con «índices» de los puntos a tratar, según Moscoso
MELCHOR SÁIZ-PARDO
Jueves, 31 de marzo 2011, 03:34
Por separado y en secreto. El 31 de enero, el 2 y el 3 de febrero en un despacho de la segunda planta de ... la Audiencia Nacional los tres mediadores del Gobierno en las negociaciones con ETA en 2006 aseguraron al juez Pablo Ruz que su objetivo primordial era «engañar a ETA» y que aquellos encuentros estaban marcados por los «reproches e insultos». El ex fiscal general del Estado y ex ministro, Javier Moscoso, el vocal del Poder Judicial José Manuel Gómez Benítez y el presidente del Partido Socialista de Euskadi, Jesús Eguiguren, aseguraron ante el instructor que las garantías a los terroristas de que las fuerzas de seguridad iban a bajar el pistón ni que el Gobierno prometiera que frenaría operaciones antiterroristas con la connivencia de la Fiscalía eran simples tretas para ganar tiempo, según consta en las declaraciones judiciales a las que ha tenido este periódico.
Eguiguren, que según explica Ruz, se hacía llamar por el nombre clave de 'Miguel', durante su declaración muestra «sus prevenciones en cuanto a hacer públicas mis manifestaciones» porque, dice, «supondrían mi sentencia de muerte» por «violar los principios básicos de una negociación». Aun así, desde el principio reconoce que en los encuentros tanto unos como otros «mentíamos de forma descarada» en un ambiente de crispación con «insultos y reproches».
Acto seguido detalla a Ruz que las reuniones a las que él asistió tuvieron lugar en Ginebra y Zurich y que en algunas de estas conversaciones «no siempre había representantes del Gobierno». A veces solo del PSOE. Dice que no recuerda la expresión de que la Guardia Civil solo sigue las órdenes del Duque de Ahumanda de la que habla ETA, pero que le parece «imposible» que se usara.
Cuando Ruz y la Fiscalía le preguntan directamente por los compromisos de los que habla la banda en sus actas de que el Gobierno «no tenia voluntad de detener», el jefe de los socialistas vascos se muestra tajante ante el juez: «Eso eran invenciones que se hacían en el marco de la negociación».
La declaración de Moscoso ante el instructor de la Audiencia Nacional fue más corta. El exministro, que asegura que se hacía llamar 'Antonio' en sus encuentros con ETA, argumenta que su papel era poco relevante porque tenía órdenes del Ministerio del Interior de hacer reuniones «cortas» y «solo escuchar». Reconoce ante el magistrado que estuvo presente en el encuentro del 22 de junio de 2006 en el que ETA reprochó al Gobierno las detenciones de la operación Faisán contra el aparato de extorsión. Al otro lado de la mesa se sentaba José Antonio Urrutikoetxea, más conocido como Josu Ternera, aunque en estos encuentros se hacía llamar 'George'. Durante los interrogatorios, Moscoso recurre en varias ocasiones al «no recuerdo». Eso sí, asegura que en las reuniones solo había «notas», no se «levantaban actas formales». Y quien llevaba la voz cantante fue Josu Ternera. Habitualmente «se iba tratando lo que iba saliendo» aunque 'George' «llevaba un índice al inicio de la reunión». Moscoso aseguró a Ruz al final de su declaración que nunca habló con un responsable del Ministerio del Interior.
«El proceso debía seguir»
Gómez Benitez, por su parte, en su declaración ante el juez se centra en las exigencias de los terroristas. Declara en la Audiencia Nacional que los representantes de ETA les presionaron poco antes del atentado con un listado con «nombres y apellidos» de 58 activistas que habían sido detenido entre marzo y septiembre de aquel año. Según su versión, su mensaje a los terroristas siempre fue que «el proceso (de paz) debía seguir aunque continuaran las detenciones».
Como Eguiguren, el vocal del Poder Judicial asegura al juez que todos los encuentros con los terroristas eran una «juego de apariencias y mentiras». Gómez, en varios momentos de la declaración y a pesar de la insistencia del juez, se niega a dar los nombres de los etarras que con él se sentaron a la mesa. «No quiero identificar a nadie porque no creo que (esos nombres) aporten nada a la causa». Solo «aumentaría el riesgo de muerte», se justifica.
Según las partes, que ayer tuvieron acceso a esa información después de que Ruz levantara el martes buena parte del secreto sobre la causa, Moscoso, Gómez Benitez y Eguiguren coincidieron en que las actas de ETA no responden a la realidad, que los terroristas redactaron esos documentos para justificar ante los suyos que era el Ejecutivo el que rompía las negociaciones y que llegaron a poner en boca de los mediadores afirmaciones que no hicieron para mostrar su fortaleza en las conversaciones.
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