«Normal que me llamen pijo»

El hijo de Naty se presentó en el club con una pulsera diseñada por él para agasajar a la prensa. Es una hilera larguísima de diminutas cuentas de la que cuelga un colmillo negro y se enrosca en la muñeca con interminables vueltas. A mí me la colocó él y aún no me la he quitado porque es como si Naty Abascal te hace un estilismo y corres a cambiarte de ropa. Ya en confianza le pregunté: Luis, ¿eres pijo? Y él respondió sin inmutarse: «Es normal que me llamen pijo. Pero si yo tuviera a los fotógrafos a la puerta de mi oficina y vieran lo que curro seguro que dejaban de llamármelo». Además de las 'bisuta', Medina lleva una agencia de comunicación que representa en España a Óscar de la Renta. ¿Enchufe? «Hombre, gracias a mi madre me recibieron la primera vez, pero luego fue todo complicadísimo; el cliente que más me ha costado conseguir». Todavía no tiene listo el chaqué que llevará a la boda de su hermano Rafael Medina, duque de Feria, que será en septiembre. «No sé si mi madre llevará peineta, pero desde luego ella no va a pecar de ir mal vestida. Rafa, mamá y yo estamos unidísimos -recalca Luis-. Es que con todo lo que hemos pasado sólo nos tenemos a nosotros tres, somos muy poca familia». Muy alto, muy cachas y de ojos muy claros, Medina se perfila como el perfecto soltero de oro del verano. Está separado por segunda vez de su eterna novia, Alejandra Rojas, y ambos tienen la 'custodia compartida' de Tula, una perrita salchicha, que él muestra en el móvil con tanto orgullo como si enseñara a una hija. «Ahora está en Marbella, con Alejandra». La pregunta es a dónde irá él este verano ahora que es libre y que ha conocido (con éxito, dicen) a la «encantadora» princesa Magdalena. ¿Una escapadita a Estocolmo, quizá? «No -aclara Luis-. Me quedaré por España. A mí no se me ha perdido nada en Suecia».