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Los vecinos recuerdan a Salva en el lugar donde falleció. :: F. J.
«Cuando le apuñalaron, Salva se levantó y me dijo que estaba bien»
MÁLAGA

«Cuando le apuñalaron, Salva se levantó y me dijo que estaba bien»

El joven apuñalado en un parque de Los Boliches iba a salir esa noche con su chica, con la que llevaba un mes de relación. La novia del menor fallecido el lunes en Fuengirola presenció los hechos

F. JIMÉNEZ

Viernes, 26 de febrero 2010, 09:53

Hacía un mes que estaban saliendo y pensaban celebrarlo con una cena. Ése era el plan que Salva y su novia tenían para la noche del lunes. Un plan que se truncó de una forma trágica por culpa de una deuda de cinco euros que, para colmo, ya había sido saldada esa misma mañana. Su chica, de 18 años, no acaba de asimilar lo ocurrido. Ella fue testigo de todo, de cómo lo que parecía una simple riña entre jóvenes tuvo un desenlace fatal. Un trance que «jamás» olvidará. «Cuando le apuñalaron y huyeron, Salva se levantó, vino hacia mí y me dijo que estaba bien», relató a este periódico la joven, que prefiere guardar el anonimato. Sin embargo, nada más pronunciar esas palabras, él se desplomó. Un vecino que pasaba por allí lo llevó en su coche hasta las Urgencias de Las Lagunas (Mijas), mientras ella fue a buscar a su madre. Ya en el centro sanitario y, pese a la gravedad de las heridas, Salva también quiso calmarla. «Mamá, tranquila, que no me duele». A los pocos minutos, falleció.

El Parque del Rosario donde ocurrieron los hechos se ha convertido en los últimos días en paso obligado para los vecinos de la barriada de Los Boliches, donde reside la familia. Flores, velas, mensajes de cariño, y también de rabia, se amontonan junto a un árbol en el que destacan varias fotografías de la víctima en las que aparece con su padre, su hermano, sus amigos y su novia. En ese mismo punto se celebrará esta tarde (a las 17.00 horas) una concentración vecinal en repulsa por lo sucedido, que acabará en el paseo marítimo, junto al monumento a la Peseta, donde Salva se solía reunir con sus amigos.

Justicia

Aunque sólo llevaban un mes saliendo «en serio», la relación entre ambos jóvenes se fue fraguando semanas antes. «Ha luchado mucho por mí», afirma emocionada. «A Salva no me lo va a devolver nadie, pero al menos que los que le han matado paguen por ello», subraya.

Ni ella ni su familia se explican cómo un chico que «nunca se había metido en líos» pudo acabar muerto en una reyerta. Todos coinciden en definirle como un chico «noble y responsable que siempre estaba sonriendo». «Es incomprensible que esto suceda», se lamenta Pedro Aguado, su tío político (cuñado del padre). «Estamos destrozados. Aunque mi sobrino ya ha sido enterrado (el miércoles por la mañana), es algo que no te puedes creer; es como una pesadilla de la que nunca despiertas», añade.

Salva vivía con su madre en Los Boliches, cerca de la iglesia de Santa Fe. Sus padres se separaron hace ocho meses, así que, como su madre trabaja, él se dedicó a cuidar del más pequeño de sus dos hermanos, un bebé de apenas un año. Sus planes de futuro más inmediatos pasaban por ponerse a trabajar para poder pagarse el carné de conducir (cumplía los 18 en julio). Le atraía el ejército, pero también tenía en mente inscribirse en un curso de formación que organiza el Ayuntamiento.

Secuencia de los hechos

Todo cambió la noche del lunes. «Estábamos hablando en la puerta de su casa sobre qué íbamos a hacer por nuestro primer mes cuando aparecieron ellos». La chica se refiere al joven marroquí acusado de su muerte y a los dos menores imputados por un presunto delito de omisión del deber de socorro. «La próxima vez no tardes tanto en pagar», le espetó en tono amenazante. Salva, que era un chico corpulento, no se amedrentó. Ambos se encararon y, aunque su madre impidió desde el balcón que la cosa fuera a más, no pudo evitar que ambos se citaran media hora después en el Parque del Rosario.

Cuando se estaban peleando, el joven marroquí sacó un cuchillo de grandes dimensiones y se lo clavó a Salva en la espalda. Éste salió corriendo, aunque no pudo avanzar más de cincuenta metros. Cayó al suelo y su agresor le dio una segunda puñalada en el pecho, que resultó mortal. Allí también se encontraba su hermano, de 13 años y que, al intentar separarlos, también fue amenazado con el cuchillo.

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