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Hezonja trata de impedir la canasta de Djedovic en el partido jugado en el Palacio de los Deportes. MARIANO POZO

Un bravo Unicaja roza el triunfo ante el Madrid

El equipo malagueño no se rindió en ningún momento y tuvo acorralado a su rival en los instantes finales del choque

Domingo, 9 de octubre 2022, 14:46

Aunque parezca difícil de entender, hay derrotas que refuerzan al perdedor. Es lo que le ha pasado el Unicaja, que rozó el triunfo y tuvo ... acorralado al Real Madrid en un Carpena a rebosar y que empujó hasta el final a su equipo (71-76). Pero el Madrid es infinito. Su plantilla es tan amplia y de tanta calidad que se sobrepuso a la presión y al buen final de conjunto que dirige Ibon Navarro y privó a la afición malagueña de lo que habría sido una enorme alegría; además totalmente merecida. Pagó el Unicaja su debilidad interior, casi imposible no hacerlo ante el potencial del Madrid, pero mucho más su pobre 4/25 en tiros de tres. Sin pívots de referencia, pese a otro buen encuentro de Kravish, es difícil vencer a un rival de este calibre metiendo cuatro triples en todo el partido. Otra lectura sería que con ese 16% de eficacia estuvo a punto de ganar y por eso sale reforzado pese a la derrota.

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El Unicaja mostró serios problemas para hacer circular el balón en el arranque del encuentro y eso le costó un 0-8 a las primeras de cambio. No es que el Madrid campase a sus anchas en el Carpena, porque el cuadro blanco, a pesar del marcador también tenía dificultadas para encontrar el camino del aro. La segunda falta de Kravish al poco de empezar permitió la etrada de Lima quizá antes de lo que estaba previsto, algo que dio más mordiente al juego del equipo malagueño. Tres recuperaciones seguidas permitieron al Unicaja correr y volver al partido con un parcial de 8-2. El paso adelante en defensa era evidente en un duelo denso, trabado y lleno de interrupciones. El Madrid estuvo cinco minutos sin anotar, pero el Unicaja no lo aprovechó porque sus porcentajes en el primer cuarto (5/14) fueron malísimos. La entrada de Musa, que lo hace todo fácil y mantiene el tacto anotador que lució en el Breogán, dio aire a los blancos (14-18).

Chus Mateo trató de reservar todo lo que pudo a Tavares, casi inédito en el primer cuarto, pero en cuanto entró a la pista empezó a decidir. El Unicaja lo controló bien durante unos minutos, curiosamente con Osetkowski sobre él. Necesitaba también el equipo malagueño un paso adelante en ataque y llegó gracias a Brizuela, que entró por un desacertado Carter. Con el vasco en la pista, el Unicaja enlazó un parcial de 11-4 para pasar a dominar el partido (27-25). Brizuela puso ritmo al juego malagueño, que hasta entonces carecía de velocidad. Le duró poco la alegría al equipo de Ibon Navarro, porque el Madrid empezó a encontrar a Tavares. El de Cabo Verde estaba ofuscado con los árbitros y cada una de sus canastas daba paso a un serial de aspavientos que encendió al personal. El Unicaja ahora no podía frenarlo, ni a él ni a Yabusele. Entre ambos firmaron 17 puntos en el segundo cuarto y permitieron que su equipo llegase al descanso 31-37.

El Unicaja salió dormido del vestuario y fue un error enorme, porque el Madrid firmó nueve puntos seguidos sin oposición alguna (31-46). El partido se complicaba. Trató de reaccionar desde la defensa, pero no le daba como para volver . No aprovechó el cuadro cajista la ausencia de Tavares. Es más, fue incapaz de contener al dúo Yabusele-Poirier. El Madrid cargaba descaradamente su juego sobre sus pívots consciente de la debilidad interior local. El regreso de Brizuela volvió a reactivar al Unicaja (47-56), pero el caboverdiano ya estaba en la pista y el partido se complicaba por momentos.

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Necesitaba el equipo malagueño algo más. La grada apretaba y Brizuela seguía lúcido. Se colocó a cinco puntos (51-56), pero su ataque estaba incompleto. A siete minutos para el final acumulaba un 3/19 en triples y así era imposible. El Madrid echó ya el resto, con Tavares y Musa, uno por dentro y el otro por fuera. Mención especial para el bosnio, que estaba en todos lados donde podía sacar una ventaja para anotar. El Unicaja apretó hasta el final. El quinto triple que lanzaba Osetkowski al fin entró y eso cambió lo que parecía una muerte anunciada. Un par de robos y buenas finalizaciones de Kravish dejaron un 66-71 a falta de un minuto. Los árbitros al fin castigaron con una técnica a Tavares después de su enésima protesta, esta vez por una falta a Osetkowski. La jugada se saldó con tres tiros libres anotados. Quedaban 50 segundos (69-71) y empezaba un partido nuevo. Emergió Llull entonces para firmar una canasta imposible que salvó a su equipo y acto seguido, el triple de Díaz para haber forzado la prórroga no entró. Ahí murió un partido denso y del que el Unicaja sale reforzado pese a la derrota.

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