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Pasaron muchas cosas en muy poco tiempo en un trepidante partido de baloncesto. Puede que uno de los mejores de la temporada para el Unicaja. ... O puede que el mejor. Ibon Navarro trató de relatar todo eso en su valoración, que trascendió el juego y tuvo un alto componente emocional: «A diferencia de lo que estaba pasando en toda la serie, teníamos que esperar al mejor Barça y ha llegado. Hemos empezado bien, con mucho ritmo, pero con errores, equivocándonos mucho. Al final del segundo y tercer cuarto se repitieron cosas del primer partido. Eso nos llevó a tener algo de frustración. El partido estaba complicado, pero en los últimos cinco minutos ellos estaban con poca energía. Ha sido muy importante la gente que ha salido del banquillo. Íbamos siete abajo a 1:34. Esto es lo maravilloso que tiene el baloncesto. Ha sido una victoria de fe, reponiéndonos a un Punter estelar. Es la tercera semifinal que jugamos en tres años. Hay que darle mérito a los chicos porque ha sido de querer. Igual otro equipo, con cuatro títulos en el zurrón… Pero estos tíos han dado la vida. Y hemos acabado con la maldición en casa».
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Ofreció una explicación sobre lo que le ocurre al equipo en casa en las grandes ocasiones. A la 'maldición' que lo envuelve cuando juega de local: «Nos encontramos con una distintiva, que es que cuando este equipo juega a corazón no sabemos canalizar las emociones que nos vienen de la grada. Todo es muy bestia. Pero esto es lo que nos ha sacado adelante y también lo que nos ha vuelto a meter en problemas en la prórroga. Este equipo tiene mucho corazón y fe. No voy a decir que no tiene mucho cerebro, pero no somos perfectos. No sabemos cómo canalizar la energía del Carpena. Seguramente a base de cabeza no lo hubiéramos hecho».
Aseguró que tienen que ser conscientes de que una de sus mejores bazas están en que saben que llegan a los finales de los partidos más frescos que sus rivales, por su sistema de rotación. Ahora, eso sí, se medirán al Real Madrid en semifinales, el líder de la fase regular. ¿Fue esta serie un entrenamiento cara a las 'semis'? Eso le preguntaron. Y esto contestó: «Entrenamiento, entrenamiento… A nivel táctico nos valen algunas cosas, pero ahora tenemos que digerir esto, tranquilizarnos. Nos esperan dos partidos en casa contra el mejor equipo de la Liga».
Con él en el banquillo e eliminó al Barcelona por primera vez en la Copa del Rey, en 2023 en Badalona, y con él se ha hecho lo mismo en la Liga ACB. ¿Supone esto hacer historia también, más allá de los títulos? «Aquí no hay ningún jugador por encima del equipo y menos el entrenador. El otro día hubo un jugador que dijo una cosa y se lo voy a proponer a Antonio: que se ponga una banderola con el nombre de todos los jugadores. En 2006 me tocó sufrirlo», contestó.
Para acabar quiso otorgar méritos al Barcelona por haber competido hasta el final pese a las dificultades, sobre todo en forma de lesiones, que se ha encontrado a lo largo de la temporada. Más allá, confirmó que Tillie no ha jugado por lesión, aunque hubiera podido hacerlo «con pastillas», y se mostró algo preocupado por Alberto Díaz, que terminó 'tocado'.
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