El Unicaja reina en Atenas y agranda su dinastía en la Champions (67-83)

Las dos faltas personales de Kravish a los cincuenta segundos de empezar trastocaron los planes del equipo malagueño para contener a los pívots del Galatasaray, que se mostró incisivo con muchas penetraciones en los primeros instantes. Las consignas estaban claras, como la de la defensa de Koksal sobre Perry para evitar que este imprimiese ritmo al partido. Sin embargo, el foco estaba en otro hombre: Tyson Carter. El estadounidense tenía el orgullo herido después de no ser reconocido por la FIBA en la gala del día anterior. Fruto de esa rabia firmó un monólogo que colocó a su equipo 4-10 a los tres minutos. La defensa malagueña era sólida y mantuvo el nivel con la segunda unidad y con el talento de Osetkowski. El partido se fue endureciendo, con agarrones, muchas faltas y poco ritmo, lo que no favorecía a un Unicaja que cerró el primer cuarto ganando 13-19.

El dominio cajista se acentuó ante un rival que se estrellaba con penetraciones imposibles que acabaron en faltas en ataque. El primer triple del equipo malagueño puso la máxima en el partido, 13-14 al poco de comenzar el segundo cuarto. Sin embargo, el Galatasaray no sólo no se descolgó, sino que reaccionó con más músculo en defensa y sacando partido de que el Unicaja perdió el orden a la hora de atacar. Varias pérdidas y demasiados triples, algunos mal seleccionados, abrieron la puerta a un parcial de 13-3 que permitió a los turcos empatar el partido (26-26, min.17). La solución de Ibon Navarro fue Tyson Pérez, que entró como un torbellino en el partido con seis puntos seguidos abriéndose camino hasta el aro con su físico. El Unicaja había aguantado la primera oleada de su rival y estaba a 20 minutos de un nuevo título (31-37).

La puesta en escena del Unicaja fue la que necesitaba el partido, por más que Cummings equilibró el encuentro. El equipo malagueño estaba sólido en defensa y superó con brillantez la baja de Perry, que se fue al banquillo lesionado. Emergió entonces Kameron Taylor con un recital de técnica individual, seis puntos seguidos y un pase por la espalda para que Kravish anotase. El Unicaja ganaba 40-49 y el Galatasaray tenía que prescindir de Cummings, su mejor jugador, con cuatro faltas. Los turcos estuvieron groguis unos segundos después de que Kravish y Osetkowski volviesen a anotar, pero no aprovechó el momento el equipo malagueño. Emergió entonces Tyrone Wallace ante la ausencia de Cummings y Palmer (49-53, min. 28). La cosa pudo ser peor, pero los turcos se dejaron cuatro tiros libres seguidos y el Unicaja llegó al último cuarto con siete puntos de ventaja (49-56).

El partido era lento, fuera del ecosistema habitual de los de Ibon Navarro, que supieron adaptarse a esta situación. Compartiendo bien el balón y aprovechándose de los errores de su rival, fue acentuando su dominio. Volvió Perry, ya recuperado, y en el primer balón que recibió anotó un triple. La zona cajista de la grada se ponía en pie porque oteaba ya la victoria (54-63). Quedaba mucho partido, pero las sensaciones eran buenas y todavía mejores cuando Kalinoski anotó cinco puntos seguidos para ampliar la ventaja a doce. Las dos estocadas del estadounidense acabaron con la oposición del Galatasaray, que ya no fue capaz de devolver el golpe. Los triples de Perry y el propio Kalinoski liquidaron otra final ganada por el Unicaja. El rey de Atenas.