La Costa del Sol ya puede alojar a más de 450.000 turistas cada día

Desde 2019, año récord en llegadas e ingresos turísticos, hasta diciembre del pasado año, la provincia ha sumado 50.000 plazas de alojamiento, pese a la parálisis sin precedentes de 2020 y el inicio de la recuperación del pasado ejercicio. Los nuevos proyectos en cartera invitan a pensar que se mantendrá esa inercia de crecimiento, pese a la nueva incertidumbre que ha impuesto la invasión de Rusia a Ucrania.

Fue a finales de 2019 cuando la provincia sumaba por primera vez las 400.000 plazas de alojamiento, una cifra que vino impulsada por el 'boom' de viviendas dedicadas a fines turísticos como consecuencia de la puesta en marcha en 2016 de la primera norma que regulaba esta actividad. Desde entonces, y pese al envite de la pandemia, que ha provocado que parte de estos inmuebles hayan vuelto al alquiler tradicional ante la ausencia de turistas, la situación comienza a revertirse a la vista de los datos que ofrece el Big Data de Turismo Costa del Sol en base al Registro de Actividades Turísticas de la Junta de Andalucía y las cifras del Instituto Nacional de Estadística. Fue el auge del alquiler vacacional el que antes de la crisis provocó una profunda transformación en la oferta alojativa de la Costa del Sol, a la que respondió la alta demanda permitiendo mantener los niveles de ocupación media de hoteles y también de viviendas turísticas, incluso, cerrando 2019 con más turistas y más pernoctaciones, lo que constató que el destino se había fortalecido con este incremento de la oferta.

La radiografía actual de la oferta de alojamiento de la provincia señala que de estas 450.091 plazas que se contabilizaban en diciembre de 2021, la mayoría de ellas son de viviendas turísticas, concretamente, 232.885. Le sigue la oferta hotelera, que ha superado las 97.093 camas, es decir, 2.189 más que antes del estallido de la crisis sanitaria.

El crecimiento es generalizado en todas las modalidades, si bien el más tenue es el de los apartamentos turísticos que suman 60.566 plazas, apenas 500 más que en 2019.

El aumento de la demanda de lugares ubicados en plena naturaleza, con espacios al aire libre y poco saturados, ha propiciado que la oferta de alojamientos rurales haya crecido en casi 4.000 camas en estos dos últimos años, pasando de 29.057 en 2019 a 32.966. Pese a ello, en este periodo ha crecido más la planta alojativa del litoral que la del interior. Desde Turismo Costa del Sol apuntan a que la costa malagueña aglutina a 401.342 camas para albergar turistas, lo que supone un 6,5% más que en el ejercicio anterior, siendo también la primera vez que esta zona costera rebasa las 400.000 plazas.

En los pueblos del interior la capacidad de alojamiento se sitúa en 48.739 camas, un 5,2% más que un año antes. Unos incrementos similares, en ambos casos, se registraron en 2020 pese a que el turismo estaba paralizado por las fuertes restricciones a la movilidad para frenar los contagios de coronavirus.

En un momento en que desde las distintas administraciones y desde el sector turístico se pone el acento en aspirar a un viajero de más calidad, que gaste más en el destino y que permita aumentar el valor añadido con nuevas experiencias durante sus estancias, el perfil de los alojamientos de la Costa del Sol están en plena sintonía con esta estrategia. Casi el 70% de las plazas hoteleras corresponden a alojamientos de cuatro y cinco estrellas. En esta misma línea, el presidente de la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía (AVVA), Carlos Pérez-Lanzac, señala que la pandemia ha provocado una criba de la oferta que ha redundado en que esta haya mejorado sustancialmente la calidad del servicio que se ofrece. «La actividad de las viviendas turísticas ha avanzando de forma notable hacia una mayor profesionalidad. Málaga lidera la oferta de Andalucía con 43.336 inmuebles, de los 75.731 que suma el conjunto de Andalucía», ha apuntado.

El presidente de Turismo Costa del Sol, Francisco Salado, ha destacado el efecto de las viviendas turísticas, considerando que no es el único factor que ha impulsado este crecimiento. «Ha tenido, que duda cabe, un importante efecto en este increíble aumento, pero es verdad que nuestro clima y la riqueza de nuestra oferta también ha influido como polo de atracción», ha afirmado.

Además, ha apuntado que en la provincia se ha forjado un ecosistema de innovación que da respuesta a las necesidades de muchas empresas internacionales que han optado por trasladarse a la Costa del Sol por sus numerosas ventajas. «Importante es también la atracción que la ciudad ha ejercido como lugar ideal para teletrabajar», ha recalcado.

Salado ha puesto en valor también que el destino cuenta con una oferta complementaria única: «La Costa del Sol no sólo es conocida por su importante oferta cultural, que tiene su referente en la ciudad de Málaga, donde se ubican museos de renombre internacional, sino también por otros atractivos naturales, como el Caminito del Rey, un sendero único que es visitado en su mayor parte por turistas de otros países. A este enclave se une la Senda Litoral, un ambicioso proyecto impulsado por la Diputación, que pretende unir todo la costa de la provincia a través de un paseo marítimo. Actualmente ya hay operativos 120 kilómetros y se sigue avanzando. En definitiva, nuestra oferta imbatible ha contribuido a este hecho».

La Costa del Sol se hace fuerte también en Andalucía. Los datos de la Junta así lo constatan. La provincia de Málaga concentra el 25% del global de hoteles de las ocho provincias andaluzas y el 34% de las plazas. Además, el destino malagueño sobresale aún más por su oferta de cinco estrellas y gran lujo. La provincia de Málaga cuenta con el 29% de los hoteles de cinco estrellas de toda la Comunidad y el 31% de las camas de esta alta categoría. A ello se suma que en establecimientos que lucen el sello de Gran Lujo, la Costa del Sol reúne al 62% de todos los establecimientos de este nivel de Andalucía y el 78% de las plazas.