La banda de Europa del Este que robaba catalizadores en Málaga para vender los metales en el mercado negro

Un ciudadano de Málaga fue quien puso tras la pista a los agentes. El hombre presenció cómo dos individuos manipulaban los bajos de un coche estacionado en la calle y anotó la matrícula del automóvil en el que se habían desplazado. Una vez que facilitó esta información a la Policía Local, cuyos efectivos pusieron en conocimiento de los hechos a la Policía Nacional, dio comienzo la investigación que se ha saldado con el arresto e ingreso en prisión de dos ciudadanos de Europa del Este de 20 y 41 años.

Así tomaba forma la operación 'Urus', en la que se han involucrado funcionarios de las Comisarías de Distrito Oeste y Norte de Málaga, así como la Comisaría de Distrito Sur de Granada, ciudad en la que los sospechosos tenían fijada su residencia. La misma se inició a partir de la interposición de varias denuncias por sustracción de catalizadores el pasado verano en Málaga, Jaén, Córdoba y Murcia, siendo la alerta del vecino de Málaga determinante para esclarecer la identidad de sus presuntos responsables.

De hecho, al centrarse en el automóvil cuya matrícula fue facilitada, los investigadores descubrieron que los sospechosos recorrían una media de 500 kilómetros diarios, pasando por varias localidades en busca de catalizadores. Según las pesquisas, actuaban de día en zonas poco transitadas y tenían un claro reparto de tareas. Mientras uno hacía labores de vigilancia, el otro realizaba el trabajo de fuerza, situándose debajo de los coches y usando herramientas de corte, como radiales y sierras eléctricas, para separar la caja del catalizador del tubo de escape. Apenas tardaban unos minutos y se marchaban de la ciudad.

Los agentes investigadores concluyen que los arrestados formarían parte de una red criminal originaria de Europa del Este. La banda, además, solía relevar a sus integrantes de forma periódica en el país de destino, en este caso España, con el objeto de que no fueran identificados por la Policía. La presunta trama almacenaba los catalizadores para su posterior traslado a otro emplazamiento, donde se extraían metales valiosos como paladio, rodio y platino, que son muy codiciados en el marcado negro. Las mafias llegarían a pagar por estas piezas unos 80 euros por unidad.

Finalmente, tras todas las diligencias practicadas, los miembros de esta célula fueron detenidos en la rotonda de la autovía, en Granada, aunque intentaron darse a la fuga al verse perseguidos. Los funcionarios localizaron en el interior del automóvil un catalizador que habrían robado ese mismo día en Málaga, además de varias herramientas y un gato hidráulico. Durante el registro en el domicilio de los sospechosos, los policías intervinieron otras 12 piezas supuestamente sustraídas, útiles de corte, teléfonos móvil y otro turismo.

La instrucción del caso fue llevada a cabo por un juzgado de Málaga, aunque otro de Granada fue el que decretó el ingreso en prisión provisional para ambos individuos como supuestos autores de más de una veintena de robos.