El octogenario que se disparó cuando iban a desahuciarlo en Torremolinos no pidió ayuda a los Servicios Sociales
«Estamos las administraciones como colchón», ha manifestado la delegada del Gobierno andaluz en Málaga
El octogenario que se disparó este martes en la cabeza en Torremolinos cuando iban a desahuciarlo y terminó falleciendo en el Hospital Regional de Málaga ... no pidió ayuda a los Servicios Sociales de la localidad malagueña.
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Así lo han informado desde el Ayuntamiento, que activó el protocolo tras tener conocimiento de los hechos y comprobó que el fallecido, de origen alemán aunque afincado en la Costa del Sol desde hacía unas cuatro décadas, no había solicitado asistencia.
«Detrás de un desahucio no está el final del camino», «hay salida», «que no se dé la batalla por perdida», ha manifestado este miércoles la delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Patricia Navarro, quien a su vez ha asegurado que las administraciones están «como colchón».
En esta línea, el Consistorio ha recordado que cualquier mayor o persona conocedora de una situación de riesgo de exclusión puede dirigirse a los servicios sociales y «se le facilitarán todos los medios posibles para tratar de resolverla». El Ayuntamiento también dispone de una Oficina de Atención a las Personas Mayores y Dependientes que, en estos casos, aseguran, actúa de urgencia para ofrecer una alternativa habitacional a través de la ocupación de una plaza pública, ya sea por dependencia o por situación de exclusión social a mayores de 60 años.
El gobierno municipal y autonómico se han sumado a las condolencias por el fallecimiento, y el Ayuntamiento ha mostrado su compromiso para «continuar adoptando medidas para combatir la soledad o cualquier otra situación de vulnerabilidad, como la creación de un sistema de comunicación y gestión de alertas para mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias y situaciones de vulnerabilidad, fortaleciendo la comunicación, la coordinación y la participación ciudadana».
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Los hechos ocurrieron en un segundo piso de la calle Murillo Bracho -en el entorno del Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso-, donde el hombre llevaría residiendo muchos años, según informaron a SUR algunos vecinos, quienes eran conocedores de sus problemas para hacer frente al pago del inmueble. Eran aproximadamente las doce de la mañana cuando efectivos de Policía Local y la comitiva judicial acudieron al inmueble para ejecutar el lanzamiento. En ese momento, según las fuentes, el anciano trató de quitarse la vida.
Los servicios sanitarios también se desplazaron a la vivienda para auxiliar al octogenario, que al parecer habría ejercido como policía en su tierra natal, llevaba viudo desde hace unos meses y tiene tres hijos. Desde el Centro de Emergencias Sanitarias 061 confirmaron el traslado del herido a un hospital de la capital malagueña. Más tarde, este periódico pudo saber que el hombre ingresó en el Carlos Haya, aunque los facultativos no pudieron hacer nada por salvar su vida y, sobre el mediodía, terminó falleciendo.
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