Sucesos Málaga
El anciano que se enfrentó al atracador de su mujer: «Me pateó en el suelo»Tanto él como su esposa acabaron en el Hospital Regional con magulladuras y heridas leves: «Pensé que nos mataba a los dos»
María tiene el miedo metido en el cuerpo. «Cuando salgo a la calle, creo que lo llevo detrás», asegura la mujer, que tiene 82 años ... y que aún se recupera del violento atraco que sufrió el 14 de octubre, cuando caminaba junto a su marido por la zona de Arroyo de los Ángeles, en Málaga capital. Ni ella ni su esposo sufrieron lesiones graves, pese a que el asaltante -un veinteañero- tiró a ambos sin importarle su edad. «A mí me pateó en el suelo», dice Juan, que es un año mayor que su mujer y que se enfrentó al asaltante cuando la vio en peligro.
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Sus nombres son ficticios porque ambos están «muy asustados» tras el asalto, que ocurrió en mitad de la calle y a plena luz del día. «Somos personas muy mayores ya… Pensé que nos mataba a los dos», continúa María. Cuenta que habían salido a dar un paseo. Iban charlando tranquilamente. «Le estaba hablando a mi marido de unas casitas que están arriba en el monte y que son muy antiguas cuando de repente sentí 'boom', un tirón muy grande. Me quedé sin habla, parecía que me iba a dar algo al corazón», relata ella.
María cayó al suelo y el ladrón le rompió la cadena y le quitó a tirones -«no sé cómo no me arrancó un dedo- el anillo que lucía en una de sus manos. Al verla en esa situación, Juan empezó a gritar al asaltante que la soltara. «Me metí a ayudarla -expresa el hombre- y le di un manotazo en la mano con la que tiraba del collar de mi mujer. Entonces, me tiró al suelo y me dio dos o tres patadas».
Los dos sufrieron magulladuras en los brazos y en las rodillas como consecuencia del forcejeo. «Lo que batalló mi marido…», recuerda María. Cuando se zafaron de él, no lograban ni articular palabra: «Estábamos los dos temblando». Sólo pudieron ver cómo el ladrón huía y que alguien lo perseguía. Era un hombre que iba conduciendo y que, al contemplar la escena, se bajó del coche -en el que iba con su mujer y sus hijas- y corrió tras el ladrón. «Todo parecía una película, no me podía creer que fuese verdad», añade María.
Ese hombre era, en realidad, un policía local fuera de servicio. El agente le dio el alto al delincuente y, como hacía caso omiso, echó a correr tras él. El joven se metió en el Hospital Civil tratando de dar esquinazo a su perseguidor. Tras recorrer varios pasillos, acabó metiéndose en la zona de Agudos, que se convirtió en una trampa para él, ya que es una área cerrada de la que no iba a poder huir. Aun así, el policía local tuvo que emplearse para reducirlo y detenerlo. Justo en ese momento, el agente encontró un improvisado refuerzo, un policía nacional que, como él, estaba fuera de servicio.
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