Acusados de hacerse con más de 9.000 euros en un salón de juegos de Málaga tras trucar la ruleta

Los hechos tuvieron lugar el 16 de abril del año pasado, en un salón de juegos situado en las inmediaciones del polígono industrial Guadalhorce. Aquella madrugada, el representante del Ministerio Público indica que los procesados acudieron al establecimiento poco antes de las 00.45 horas.

Al parecer, uno de ellos se quedó vigilando para que nadie les descubriera, mientras que el otro se dirigió directamente a la ruleta. El fiscal explica como actuaba: Levantaba la cúpula y, con un destornillador, dejaba sin efecto las funciones de seguridad, para luego colocar la bola en el lugar deseado sin que sonara la alarma.

Así, en solo media hora consiguieron hacerse con 9.222,20 euros, según se recoge en el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso este periódico y en el que se especifica que los acusados iban poniendo la bola en el lugar adecuado para ir obteniendo los premios.

Tras hacer este relato de los hechos, el representante del Ministerio Público considera que los procesados son responsables de un supuesto delito de estafa. Por ello, pide que sean condenados a dos años de cárcel cada uno y que se les imponga el deber de indemnizar de forma solidaria al salón de juegos con los 9.222.20 euros.

Este caso no es el único que se ha registrado en la capital malagueña en los últimos años. De hecho, uno de los más sonados fue la detención por parte de la Policía Nacional en hasta dos ocasiones –julio y octubre de 2018– de otros dos hombres en Málaga por hacerse con cantidades superiores a 10.000 euros en ruletas de salones de juegos empleando este mismo método.

La forma de actuar era muy similar a la de los procesados en la causa. Elegían el local y esperaban a que no hubiera otros apostantes. Los policías nacionales descubrieron, mediante grabaciones de cámaras de vigilancia, que uno de ellos se colocaba en la ruleta para jugar, mientras que el otro entretenía a la dependienta.

Al parecer, uno de ellos realizaba fuertes apuestas por el importe máximo permitido, tras lo que el sospechoso levantaba la cubierta de la ruleta y, antes de que la bola cayera, la cogía mientras daba vueltas y la colocaba en el número elegido para la apuesta, obteniendo así el premio máximo de la máquina.