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«El tanatorio es el mejor banco de pruebas del humor»

Pepe Colubi. Cómico y escritorHombre de vocación dispersa, ha ejercido de guionista, crítico y escritor. Su mayor suerte es la de trabajar en 'IIustres ignorantes' junto a Coronas y Cansado

ANTONIO PANIAGUA

Lunes, 19 de julio 2021, 00:13

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A Pepe Colubi el oficio de cómico le pilla a desmano. Cómicos, dice, son sus maestros, Javier Cansado y Javier Coronas, con los que ha fraguado un equipo que lleva ya 14 años en la tele. Él se limita a gastar ironía y sarcasmo y, de vez en cuando, a dejar boquiabierto al espectador con una muestra de humor guarro que, curiosamente, siempre es celebrado tanto por los amantes de lo escatológico como por los espíritus refinados.

-Estuvo doce años en la facultad para estudiar Filología Inglesa. ¿Por qué se le hizo tan larga la estancia?

-Empecé a trabajar el primer año de carrera en la radio. Enseguida comprendí que la salida natural de Filología Inglesa era la docencia, que no era el camino al que había sido llamado. Me iba matriculando en pocas asignaturas, las que más me interesaban, como literatura, y me faltó la motivación para acabar.

-¿Recela de alguien cuando dice que le gusta el humor inteligente?

-Hombre, de una manera bastante directa se está elogiando y adornando mucho, y el humor apela a muchísimas cosas que también son muy primarias. A mí, por ejemplo, me encantan lo que en su día se llamó 'Vídeos de Primera', en los que aparecía gente torpe en actos importantes y transcendentes de su vida, como las bodas, propicios a meter la pata.

-¿Ha sido uno de los pocos críticos de televisión al que le gusta el medio?

-Yo quería ir a Tinduf, a los campamentos del Frente Polisario en el Sáhara, y me ofrecí al diario 'La Nueva España' para hacerlo. Les gustó y a raíz de eso me pidieron algo más y el siguiente trabajo que les propuse fue sobre la teletienda, un género en que participaban toda una serie de estrellas venidas a menos. Bueno, no tanto, porque me acuerdo de Martin Sheen anunciando un método de autoayuda. A partir de ahí empecé a escribir como crítico de tele.

-¿Ha abierto camino en la televisión con su humor escatológico y sexual?

-No creo que haya inaugurado nada, el humor escatológico siempre ha existido y estado ahí. Tiene una cierta connotación de tabú, pese a que nos reconocemos en él porque todos tenemos secreciones. Lo que se llama 'blue comedy' en EE UU es tan antigua como el humor mismo.

-¿En los momentos más duros de su vida también ha aflorado el humor?

-El humor no se puede separar como un compartimento estanco, aparte de todo lo demás. Todo está entreverado de tal modo que el humor puede surgir hasta en la misma pérdida de seres queridos. Los tanatorios son uno de los mejores bancos de pruebas del humor. Cuando se pronuncian discursos en un funeral, el humor se agradece y resulta catártico.

-Su estancia en California fue muy provechosa. Hasta le sirvió como inspiración de su primera novela.

-Viajar a California fue una experiencia absolutamente vital. Con 17 años tuve la suerte de pasar un año no solo fuera de casa, sino en EE UU. Todo salió muy bien, conocí a gente extraordinaria. Tardé 20 años en escribir la novela, la estuve madurando sin saber que tenía un libro dentro de mi cabeza. Solía contar historias que realmente me habían pasado en California y un amigo me dijo: 'Eso puede ser una novela'. Además, aprendí inglés y, como efecto dominó, entré en la radio. Una de las cosas que me ayudó fue pronunciar correctamente los títulos de las canciones en inglés.

-¿Padece la incertidumbre laboral de vivir pendiente del teléfono?

-He tenido una suerte loca, la estoy teniendo ahora mismo y toco madera. He tenido que decir que no a alguna oferta cuando estaba en plena vorágine. Luego la gira de 'Ilustres ignorantes' ha sido el complemento perfecto. No he tenido grandes épocas de ausencia de trabajo.

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