
Estos dos itinerarios senderistas homologados se pueden hacer por el interior del paraje natural de la Desembocadura del Guadalhorce, situado en la zona oeste de ... Málaga.
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Comarca Málaga
Ubicación Estos dos itinerarios senderistas homologados se pueden hacer por el interior del paraje natural de la Desembocadura del Guadalhorce, situado en la zona oeste de Málaga
Nivel de dificultad Baja
Tipo de ruta Lineal
Duración aproximada Río Viejo, 25 minutos; Laguna Grande, 30 minutos
Longitud del trayecto: Río Viejo, 1,6 kilómetros; Laguna Grande, 1,9 kilómetros
Altura mínima: 1 metros
Altura máxima: 7 metros
Para comenzar esta ruta hay que dirigirse hacia la barriada malagueña de Guadalmar, situada en la zona oeste de la ciudad. Concretamente hay que buscar la orilla más occidental del río Guadalhorce, a la que se accede por el límite este de la citada urbanización (hay que llegar por el desvío San Julián/Guadalmar). Una vez ubicados junto al brazo del río, hay que buscar el puente peatonal para buscar el inicio de las rutas senderistas (Coordenadas: 36.673487, -4.462727 ). El vehículo se puede estacionar fácilmente a pocos metros de allí. Otra opción es hacerlo desde la otra zona este del río, ya que se puede cruzar el Guadalhorce desde el puente de madera que se inauguró el 27 de septiembre de 2020. Para ello lo más conveniente es tomar el carril de tierra que hay cerca de la playa de Sacaba (36.678681, -4.452796).
1. El paraje natural de la Desembocadura del Guadalhorce cuenta con dos breves rutas que recorren su interior y permiten acercarse a sus observatorios de aves. En concreto, las dos rutas senderistas son las de la Laguna Grande y la del Río Viejo. Ambas opciones se pueden combinar en un sólo camino circular para lo cual habría que hacer un tramo por la playa de algo menos de un kilómetro, entre el observatorio del Espigón de Levante (donde acaba la del Río Viejo) y el final de la ruta de la Laguna Grande. Ambos itinerarios disponen de varias casetas de avistamiento, situadas en sitios estratégicos, donde la parada es obligatoria para la observación de las aves. Se recomienda, por tanto, llevar cámara de fotos y prismáticos. Y sobre todo guardar silencio a lo largo de todo el recorrido.
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2. Tras pasar el puente peatonal por el que se accede al delta del río, hay que tomar el camino de la derecha, es decir, el que avanza hacia el mar en paralelo al propio cauce (el de la izquierda va hacia el puente de madera que cruza hacia el otro lado del río). Ese primer tramo es común a ambos itinerarios. Sin salir nunca del camino, se llega hasta una encrucijada donde se separan los dos senderos. Si se continúa recto, se va por el del Río Viejo, mientras que el que va por la derecha toma el de la Laguna Grande.
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3. Por el camino de la Laguna Grande se pasa junto a la caseta de avistamiento conocido como la Laguna Escondida, situado prácticamente en el corazón del paraje natural y en el que, en muchas ocasiones, se puede ver al pato malvasía. Merece la pena acercarse a él para disfrutar de la avifauna. Después tocará volver hacia el sendero, que se dirige hacia la playa, aunque antes pasa junto al observatorio de la Laguna Grande, donde fácilmente se podrán apreciar algunas de las especies más habituales de este enclave ecológico. Después se continuará hacia la playa, donde concluye oficialmente este sendero.
4. Desde el final del sendero de la Laguna Grande es posible conectar con el del Río Viejo para hacer este itinerario circular. Para ello habría que hacer el recorrido a pie por la playa. La otra opción es regresar a la antes mencionada la encrucijada de caminos y continuar a la derecha. Así se continuará hacia el este para después girar hacia el sur y llegar a la playa también. En este caso, aguardan también dos observatorios de aves. El primero de ellos es el de la Laguna de la Casilla la espátula, el cormorán, el porrón común o la garza real. Desde allí el sendero pasa después por el mirador del Río Viejo, que es el penúltimo hito de esta ruta. Poco después se llega al observatorio-mirador de aves marinas, una construcción de piedra situado al borde de la propia playa.
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5. Para regresar se recomienda hacerlo por el sendero del río Viejo hasta llegar al puente desde donde se inició el recorrido. También se pueden usar otras variantes, siempre y cuando no se salga de los senderos marcados, que tienen como fin principal preservar este singular ecosistema de gran valor ecológico. Es fundamental guardar un escrupuloso silencio en esta ruta si se quiere disfrutar de su principal atractivo, su valor ornitológico.
Las aves, fundamentalmente migratorias, son las protagonistas de estos dos recorridos senderistas. Allí se pueden ver ejemplares de especies como el cormorán, la malvasía, el porrón común, el buitrón, el ánade azulón, el avetorillo, el martinete, la cigüeñuela, el zampullín cuellinegro, el alcatraz o la espátula. También suelen divisarse algunas rapaces como las águilas pescadora y calzada o el aguilucho lagunero. Otras especies menos frecuentes que podemos ver son el calamón, la impresionante y escasa garza imperial, la esquiva cigüeña negra o la avoceta. La vegetación que predomina en la zona, son sobre todo carrizales y los tarajes . También crecen algunos acebuches silvestres, cañas y últimamente una buena colonia de plantas de ricino, considerada especie invasora.
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