Uno, dos, Freddy viene a por ti...

Pequeño, calvo, cachas y muy simpático, Haley no se sorprendió mucho cuando hace un año le hicieron la oferta de protagonizar , que se estrena mañana en España. Se sintió honrado. "Resultó muy emocionante y todo un reto interpretar a Freddy, porque este 'hombre malo' por excelencia que todos queremos que nos asuste tiene algo especial", ha afirmado el actor. "Freddy Krueger es un icono conocido por todo el planeta. Tenía una voz dentro de mí que me decía que no podía dejar pasar esta oportunidad. Resulta fascinante que lo que da miedo en la pantalla tiene su reflejo en el mundo exterior y que Freddy encarne muchas de las cosas que nos asustan", ha insistido.

El único temor que tenía el actor californiano era el rechazo de la gente, acostumbrada a ver durante años a Englund como Freddy. "Tienes que hacer tu trabajo. Nunca he considerado la interpretación como un deporte de competición. No pasa nada si soy el Freddy Krueger que está en segundo lugar", ha explicado sincero. Sin embargo, sus miedos se disiparon enseguida. Los fans, en los foros de Internet, apoyaron la elección de este actor, que ha participado en superproducciones como (se metió en la piel de Rordchach), en la última película de Scorsese () y que ahora podemos ver en , serie que emite La Sexta. Encarna a Guerrero, un experto informático. Más preocupado estaba por el maquillaje: "Había días que empezaba mi jornada a las tres de la mañana para que me pusieran las prótesis y convertirme en Freddy".

Jóvenes televisivos

Jackie Earle Haley está acompañado en la película por un puñado de jóvenes actores curtidos en la tele. Todos intentarán explicar qué pasó para que Freddy se dedique a aterrorizar a los jóvenes de la calle Elm. Nancy (Rooney Mara), Kris (Katie Cassidy), Quentin (Kyle Gallner), Jesse (Thomas Dekker) y Dean (Kellan Lutz) son todos vecinos. Por la noche, todos tienen el mismo sueño: aparece el mismo hombre que lleva un jersey a rayas verdes y rojas y un viejo sombrero de fieltro con ala que le oculta la mitad de su rostro desfigurado y un guante de jardinero con cuchillas en los dedos.

Pero cuando uno de ellos fallece de forma violenta, pronto se dan cuenta de que lo que pasa en sus sueños ocurre de verdad y de que si quieren seguir vivos no pueden dormirse. Juntos, los cuatro amigos supervivientes tratan de descubrir cómo han pasado a formar parte de esa fábula macabra en la que les persigue ese hombre oscuro. Funcionando bajo mínimos para no dormirse, se esfuerzan por comprender por qué ellos, por qué ahora y qué es lo que les están ocultando sus padres.