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LORENZO RUBIO
Sábado, 9 de agosto 2014, 20:18
Violines, guitarras y bandurrias se dan cita en una tierra singular. Este domingo tiene lugar el XXXIII Festival de Música Tradicional de la Alpujarra en Alcolea, una buena ocasión para conocer una tierra serreña con una gran oferta cultural, turística y gastronómica.
La Alpujarra, comarca entre las provincias de Granada y Almería, se encuentra a las faldas de Sierra Nevada. Sus condiciones geográficas y su, a veces, difícil comunicación con otros pueblos han sido los causantes de que conserve una identidad cultural propia muy marcada.
Su Festival de Música Tradicional es la manifestación más importante del folklore alpujareño. Su primera edición tuvo lugar en el año 1982 y se celebra el segundo domingo de agosto, cada año en un pueblo distinto, ya sea de la parte granadina o almeriense. Este año, el cargo de pueblo anfitrión recae sobre la localidad almeriense de Alcolea.
Entre los géneros folclóricos que se interpretarán, el más famoso es el trovo, similar a las verdiales de Málaga. Y entre los más curiosos, se destacan los robaos, bailes que se utilizaban para pretender a las mozas, y las picaillas, improvisaciones con la base del trovo en las que dos cantantes combaten entre sí intentando dejar al adversario sin réplica, en las que antiguamente «la sangre llegaba al río». Casi 12 horas de cantes y bailes, principalmente campesinos y mineros, de los que se podrá disfrutar este fin de semana.
Algo más que música
Cabe destacar que esta tierra es famosa por su buena gastronomía, entre otras cosas. Sus carnes, embutidos, aceites, vinos y productos naturales hacen de la Alpujarra un destino irresistible para los gurmets. Aunque tampoco hay que olvidar su oferta de dulces y repostería de tradición morisca o con mieles y mermeladas de la misma comarca.
Pero a pesar de ser un pueblo montañoso, Alcolea se encuentra tan sólo a 40 minutos de la playa, lo que hace posible disfrutar de las buenas tapas y raciones de pescado fresco, jibia, pulpo o calamar, que ofrecen los núcleos costeros más próximos, zona denominada como la Baja Alpujarra, cuyas playas de aguas claras están dotadas de banderas azules y la Q de Calidad Turística.
Su arquitectura, urbanismo o sus formas de cultivo tienen impregnados el paso del asentamiento árabe por estas tierras. Sus valles, barrancos y ríos dotan de una enorme belleza natural a este espacio de grandes contrastes que enamoran a cualquiera.
Unas paradas obligatorias, para los que pretendan visitar esta comarca, son el nacimiento del Río Andarax en la localidad de Laujar de Andarax, las fuentes de agua agria de Paterna del Río, u otras de las muchas manifestaciones naturales de agua que se reparten a lo largo y ancho de estas montañas.
Así que además de un gran festival de música tradicional, la Alpujarra ofrece un abanico lleno de posibilidades para pasar unos días en los que la paz y la tranquilidad de la sierra crean el deseo de volver para seguir descubriendo las sorpresas que alberga esta comarca.
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