Ejemplo reformista

Hace unos años coincidí en un organismo internacional con un diputado italiano que se deshacía en elogios hacia España -eran los tiempos en los que acabábamos de salir de la penúltima crisis económica y entrado exitosamente en el euro-. Para avalar su alta valoración de España, ese parlamentario decía que los españoles éramos como los italianos pero 'serios', es decir formales y cumplidores de nuestros compromisos.

Me he acordado de aquel comentario cuando he leído las referencias a un informe que Goldman Sachs difundió la semana pasada, en la City londinense. Para el banco de inversión norteamericano, España e Italia son dos ejemplos opuestos en la respuesta a la actual crisis económica. Mientras que, para los analistas de Goldman Sachs, las reformas españolas han favorecido la movilidad laboral y de capitales para volver al crecimiento económico, la inacción política italiana ha provocado que su economía volviera a decrecer.

El resultado de lo anterior se concreta en que la brecha económica entre ambos países empieza a agrandarse y, según las previsiones del banco, podría aumentar aún más si el gobierno transalpino fracasa a la hora de acometer las reformas pendientes.

Para Goldman Sachs, la reestructuración del sistema financiero español ha permitido, además, que las medidas extraordinarias que ha llevado a cabo el BCE tengan un mayor impacto en nuestra economía. En este sentido, el informe señala que las medidas no convencionales podrían haber impulsado el PIB español entre un 0,4 y un 0,5 por ciento. En cuanto al mercado laboral, en el referido análisis se destaca que, aunque todavía el mercado italiano es más flexible que el español, ha habido más progreso en España a la hora de aumentar el grado de flexibilidad salarial en la economía.

El documento en líneas generales es positivo para España y coincide con la percepción de los mercados. En los peores momentos de la crisis del euro, cuando la prima de riesgo española llegó a su máximo histórico de 638 puntos básicos, la de Italia era 100 puntos inferior y durante mucho tiempo el país transalpino era la referencia para España. Ahora, en cambio, el diferencial de la deuda española ya es inferior a la italiana.

España ha iniciado una senda de crecimiento económico, a la que han contribuido el incremento de las exportaciones inicialmente y la demanda interna más recientemente, pero necesita un entorno económico en la UE que no lo lastre. Para evitar una tercera recesión, ante la atonía de algunas importantes economías europeas y el riesgo de deflación, el BCE ha acordado una serie de medidas que esperamos que den los frutos esperados, pero, al mismo tiempo, es primordial que las economías europeas que van más retrasadas no dilaten las reformas pendientes y acierten en las mismas.

Como decía mi interlocutor italiano, España ha cumplido sus compromisos y acometido las reformas necesarias, pero necesita que el conjunto de los países europeos también nos sigan. De ello depende parte de nuestro futuro.