El asesinato de la viuda de Sala podría estar relacionado con sus empresas

alicante. El titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Alicante mantiene el secreto de sumario en la investigación por el asesinato de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, Vicente Sala. Lo poco que ha trascendido acerca de las pesquisas policiales es que el caso presenta numerosas incógnitas y que el juez y los responsables policiales no quieren que se filtre ninguna de las líneas de trabajo para evitar la fuga del asesino y el supuesto inductor de la muerte. Una vez que parece confirmado que el móvil del crimen es económico, es decir, que quien apretó dos veces el gatillo a quemarropa ante Martínez cobró por hacerlo, la investigación de la Policía se centra en el entorno de la fallecida. Los agentes encargados del caso tratan de averiguar si las actividades de las empresas de las que era titular la víctima pueden estar detrás de la orden de su asesinato.

Vicente Sala Belló, el expresidente de la CAM, levantó un imperio económico a partir de una empresa de resinas en el año 1959. Las actividades de dicha empresa, que con el tiempo acabaría llamándose SM Resinas, fueron expandiéndose por otros países, especialmente en el continente americano. De hecho, en la actualidad la empresa cuenta con delegaciones en México, Brasil, Colombia, Argentina, Uruguay y Perú, además de Portugal e incluso Alemania.

Hoy por hoy, la firma Samar Internacional -nombre formado con la primera sílaba de los apellidos Sala y Martínez- es la que aglutina la titularidad del emporio empresarial de la familia que, además de las actividades relacionadas con la industria química y del plástico, incluye actividades relacionadas con los automóviles (Novocar Sport -donde se produjo el crimen- o Hersa Enterprise), la construcción (Afihersa) y la gestión de empresas y capitales (Alopo Capital o Marlo Capital). Todo este entramado era gestionado por Martínez y sus cuatro hijos. La viuda del expresidente de la CAM ejercía de cabeza de familia, aunque eran los hijos los que llevaban, no sin diferencias, las riendas de las empresas.

Todo el clan Sala-Martínez compartía residencia habitual en una enorme parcela situada en la Avenida de Dénia de Alicante, donde se ubican las viviendas de los diferentes hijos, además de la lujosa y amplísima casa del matrimonio que levantó el imperio económico. El fallecimiento de Vicente Sala en 2011 había apartado de la vida social a su viuda, una mujer muy conocida y apreciada en su selecto círculo de amistades.

No se pudo defender

Martínez falleció a las 19.00 horas del pasado viernes tras recibir dos disparos a quemarropa en la cabeza en el interior de su vehículo, un todoterreno de alta gama que había acudido a recoger al concesionario que regenta su familia en Alicante. Aunque en un principio se barajó un robo como móvil del asesinato, la Policía descartó este extremo ya que el sicario no se llevó el bolso de la víctima ni tampoco el lujoso automóvil. A partir de ahí la investigación pasó a centrarse en un asesinato por encargo. La autopsia practicada el sábado a la fallecida confirmó que la víctima no tuvo posibilidad alguna de defenderse porque el asesino le descerrajó los dos disparos en el lado izquierdo de la cabeza cuando se hallaba sentada al volante de su vehículo.

Martínez fue despedida ayer en un funeral celebrado en el tanatorio alicantino de La Siempreviva de Santa Faz por representantes políticos y personalidades del mundo empresarial y social de Alicante.