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María Albarral
Marbella
Lunes, 25 de noviembre 2024, 00:04
El Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) Marbella es una de las asociaciones de empresarios más activas de España. Este año cumple su 35 aniversario y ... su presidente, Juan José González, ha desvelado a diario SUR cuáles son sus principales retos y dificultades que pasan desde una mejora de las infraestructuras a la promoción de vivienda pública.
Más de tres décadas desde el nacimiento de CIT Marbella. ¿Cómo surge?
Se crea por nueve empresarios hoteleros en un momento de grave crisis del sector y con el ánimo de hacer promoción turística de la ciudad. Con el tiempo esto atrajo al resto del empresariado y a partir de finales de los años 90, principios de los 2000, el Centro de Iniciativas Turísticas comienza a adquirir una doble naturaleza y empieza a cumplir una función de asociación empresarial, es decir, un espacio en donde hay mutua ayuda, apoyo, defensa de los intereses y conexión con las administraciones que son las que pueden ayudar a los empresarios. Así pues, no es solo una entidad que trata de promocionar la ciudad desde el punto de vista turístico, que es el sector que nos da prácticamente de comer a todos porque, aunque aglutinamos más de 70 sectores, lo cierto es que al final todos estamos muy vinculados al turismo.
El turismo es la principal industria de Marbella pero… ¿Qué otros sectores se están desarrollando?
Bueno, Marbella no dejará de ser una ciudad eminentemente turística y por lo tanto dependiente del sector pero sí es cierto que la actividad es multifocal, es decir, que necesita de todo el mundo. Ahora estamos notando que cada vez tenemos más actividad tecnológica. La influencia de Málaga Tec está siendo muy fuerte. En cabeza sobre todo hay más nómadas digitales, pequeñas empresas que están vinculadas y que están empezando a colaborar con las grandes empresas instaladas en Málaga. Eso está empezando a verse, pero seguimos teniendo una muy importante inversión en activos turísticos, en hotelería, en apartamentos turísticos, en el sector inmobiliario, por lo que también tenemos un turismo residencial muy potente.
¿Es Marbella una ciudad para invertir?
Eso está más que claro, porque lo que tenemos ahora es un apetito inversor al que no podemos atender, porque si nos centramos en un sector inmobiliario, el sector estrictamente residencial, ahora mismo los extranjeros que quieren aquí una segunda residencia están teniendo problemas para encontrarla porque hay mucha más demanda que oferta, por eso los precios están subiendo y es algo que desde luego denota un interés enorme. Y no sólo eso, sino que para atender esa demanda lo que hay es también mucha compañía promotora tanto de residencias como de hoteles, buscando terrenos, buscando dónde instalarse, dónde invertir, dónde comprar si alguien quiere vender. Necesitamos el Plan General y esperemos que lo tengamos pronto. Eso abriría un poco la puerta para poder atender este interés inversor que despierta Marbella.
La vivienda es otro de los grandes problemas que señalan los hoteleros que no consiguen profesionales porque no encuentran donde vivir… ¿Cómo estáis viviendo esta situación?
Estamos tratando de hacer llegar iniciativas a las autoridades, que son las que al final tienen que poner remedio a esta cuestión, porque lo que necesitamos es mayor oferta de vivienda de protección pública, que es a la que pueden acceder este tipo de trabajadores que vienen a prestar servicios a nuestros hoteles, restaurantes, y campos de golf. Otro problema lo tienen los promotores inmobiliarios, que son los que al final tienen que ejecutar esos proyectos de vivienda pública, hacen los números y no les salen porque tenemos un suelo carísimo, los materiales cada vez son más elevados y claro, se les obliga a vender a un determinado precio el metro cuadrado y pierden dinero.
¿Cómo se resuelve el problema?
Pues indudablemente los ayuntamientos tienen que empezar a contar que parte de su suelo público debe destinarse de forma gratuita y finalista a ese fin y entonces saldrán los números y podrán construirse. Es un tema que nos preocupa mucho y que además no sólo impide que podamos tener una oferta laboral compensada y que los trabajadores estén deseosos de venir a Marbella a trabajar, sino que es que además los que vienen y no pueden permitirse vivir en Marbella colapsan nuestras vías de comunicación, que es otro de los grandes problemas que tenemos que estar afrontando en estos últimos años.
¿Crece la ciudad y no lo hacen al mismo ritmo las infraestructuras?
Claro, eso afecta enormemente y va a impedir que podamos desarrollar un crecimiento sostenido al nivel que estamos teniendo y que la presión inversora parece querer obligarnos. Tenemos muchos problemas, no solo las comunicaciones, sino también el del agua. Si no podemos tener agua, la propia normativa va a impedir que crezcamos. No se van a poder dar licencias de obra y de construcción. Y con la movilidad pues pasa lo mismo, nuestras carreteras se van a colapsar, y en ese sentido tampoco podemos podremos crecer.
¿Y respecto a la seguridad? ¿Les preocupa?
Bueno, yo en esto debo decir que Marbella, para bien y para mal, vende mucho. Entonces es muy curioso que un tiroteo de un ajuste de cuentas aquí en Marbella abra telediarios y si eso ocurre en Barcelona o en Madrid no pase lo mismo. Es una ciudad bastante segura, los índices de criminalidad están por debajo de la media en España.
Hablamos de grandes empresarios pero… ¿tienen cabida los pequeños emprendedores ?
Sí, nosotros tenemos un convenio suscrito con la Asociación de Trabajadores Autónomos de España (ATA) y acogemos a los autónomos y desde luego que animo a todos aquellos jóvenes que comiencen a emprender, que empiecen por ser autónomos, que si les va bien, luego ya habrá tiempo de convertirse en empresarios. Es mejor ser autónomo porque a uno le miran mejor.
¿Considera que no están bien vistos los empresarios?
Lamentablemente aquí en este país, al empresario se le califica de explotador al momento en que se autodenomina empresario. Y es una lástima, porque el empresario es la fuente del progreso. Sin empresarios no hay salarios, si no hay salarios no hay impuestos, si no hay impuestos no hay posibilidad de que una sociedad prospere. El progreso está en la empresa y si no lo cuidamos pues nos irá mal. Hay muchos empresarios que dejan su vida, que están las 24 horas, los siete días de la semana pendientes de su compañía, y no es sólo porque quieran ganar dinero, que también, sino porque tienen a su cargo empleados, familias que dependen de ellos y eso también les preocupa.
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