Guía completa de los bares de barrio de Málaga con Soletes Repsol
¿Dónde comer más allá del centro de Málaga? La nueva edición de esta categoría de la Guía Repsol, ha querido descubrir espacios singulares en los que se puede comer bien más allá del centro de la ciudad
¿Dónde comer más allá del centro de Málaga? La nueva edición de Soletes, de la Guía Repsol, ha querido descubrir espacios singulares en los ... que se puede comer rico sin salir del barrio y hacer turismo gastronómico más allá de la almendra central. El equipo de expertos en gastronomía de la Guía Repsol descubren así barras, casas de comidas, cafeterías, vinotecas y establecimientos de fast good de Málaga.
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Ya son cinco las ediciones de la distinción más dinámica de Guía Repsol. Dos de ellas descubrieron chiringuitos y terrazas para saborear el verano; la pasada Semana Santa publicamos los Soletes de carretera, en los que parar durante un viaje en coche y estar a gusto. El pasado otoño por estas fechas, fueron los guisos y las barras de diario los que cobraron protagonismo, pero dando un paso más allá: ahora le toca el turno a los establecimientos de barrio. Presentamos más de 300 nuevos Soletes, a los que se suman 200 ya publicados en anteriores ediciones que encajan en la definición de Barrio. Son, en total, 500 lugares entre los que dar con una opción que satisfaga a cualquiera de nuestros usuarios.
Por Carmen Alcaraz
Arrozeando: una verdadera arrocería valenciana junto a La Térmica
Aunque de puertas para fuera es un plato típico español, Valencia es la verdadera cuna de los arroces y paellas. El mimo y la tradición que imprimen a estos platos, ya sea en recetas clásicas o fruto de la creatividad del chef, hacen que acudir a una arrocería valenciana sea un sinónimo de buen comer. Y esto es lo que encontrarán los comensales en Arrozeando La Térmica, el proyecto más personal de Alejandro Murcia, un ingeniero 'valencià' que decidió «dejarlo todo» para seguir su verdadero sueño: montar una arrocería como las de su tierra. El hecho de hacerlo en Málaga se debe al amor. Así lo relata Maite Roza, jefa de sala del establecimiento, que vino de Asturias para embarcarse en este restaurante que cumple ahora seis años.
Haciendo honor a su nombre, Arrozeando plantea una propuesta basada en una selección variada de arroces, tanto en carta como en sugerencias que van cambiando periódicamente. Como explica Roza, las variedades más populares son el arroz del Senyoret y el arroz con pato, setas y foie, «irresistibles». Para los que quieran explorar sabores sorprendentes y deliciosos recomendamos la paella de bacalao y coliflor o la paella 'Currito', a banda con curry tailandés. Una de las claves de estos platos es que están terminados al horno, lo que imprime un aroma único que, junto al imprescindible socarrat, lo convierten en un auténtico espectáculo. Entre los caldosos encontramos recetas como el de pintarroja o el meloso de carrillada de ternera al aroma de canela y naranja. Como buen valenciano, tampoco faltan las fideuás.
Además, cuenta con entrantes como el tartar de salchichón de Málaga o los croquetones de gambas al pil-pil. Imperdibles también las cocas alicantinas de escalibada, pollo a la moruna o foie y cebolla caramelizada.
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Asimismo, el restaurante dispone de una bodega cuidada de referencias poco habituales que seleccionan personalmente.
Dirección: Av. de Sor Teresa Prat, 84. Teléfono: 951 53 08 74.
Por Marina Martínez
Daza: alta cocina de dulce
Empezaron como Pimpinela pero han acabado como Cómplices. Nunca lo hubieran imaginado Puri Morillo y Antonio Martín cuando se conocieron en Tragabuches. «Era muy seca», recuerda él con una sonrisa. Ella le da la razón. Hoy lo ven todo de otra forma. Hace tiempo que decidieron andar el camino juntos. Tienen dos hijos y un proyecto en común: Daza. Bajo este nombre se esconde alta cocina, pero en dulce, un templo para los más golosos. Y nunca mejor dicho eso de 'se esconde', porque la discreción es su principal ingrediente, tanto en ubicación como en personalidad. No son de prodigarse mucho. Sólo se hacen visibles en la tienda.
Aquel despacho de pan de los padres de Puri en la calle Nuestra Señora de las Candelas es hoy el escaparate de todo el trabajo que realizan en el obrador (a unos metros, en la calle Correo de Andalucía). En ese rincón de 35 metros cuadrados tienen su vida. Sólo hay que escucharles hablar. No pueden ocultar la pasión que le echan. Ahí está su clave. Esa que les hace apostar por lo auténtico. Sin conservantes. En algunos casos, incluso sin azúcar –«a veces no hace falta, mata sabores y satura», puntualizan–. Sólo ingredientes naturales. Aunque en buena parte les resulte difícil de encontrar. Las pastas puras, por ejemplo. No se andan con chiquitas. Buscan lo mejor de lo mejor. Ese es su sello. No saben hacerlo de otra forma. Nada de sucedáneos. Auténtica vainilla de Francia o chocolate Valrhona. Con una bandeja delante, salta a la vista. En el paladar, mucho más. «Todo es casero, desde el bizcocho hasta el almíbar y la mermelada. Evidentemente, nos lleva más tiempo y es más costoso, pero lo entendemos así y disfrutamos haciéndolo así». Y así se lo han transmitido a Noelia Acedo, tercera en el equipo.
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Puri Morillo se formó en La Cónsula. Una compañera le avisó de que necesitaban pastelera en Tragabuches y durante tres años puso su toque a los postres de la carta de Dani García. Luego estuvo cuatro años en Alicante, con Paco Torreblanca. No todo el mundo puede presumir de haber sido prácticamente una mano derecha de Torreblanca y acompañarlo en importantes eventos. Desde Nueva York hasta el mismísimo Palacio Real, donde formó parte del equipo que sirvió el postre de la boda de Don Felipe VI y Doña Letizia. Luego puso en pie el obrador con apenas un frigorífico y un congelador. Durante dos años trabajaban todo a mano. «No teníamos intención de crecer». Pero, a pesar de los planes de Puri, poco a poco fueron avanzando. Hoy en día, Daza no sólo vive de la tienda, pedidos particulares o para eventos. Muchos de los postres que se sirven en algunos restaurantes de Málaga llevan su firma.
Dirección: C/ Correo de Andalucía, 4 Local 11. Teléfono: 663 67 06 59
Por Esperanza Peláez
Nerva: crecer desde la calidad
Con más de 30 años de tradición en el barrio de la Victoria, sin ínfulas ni más pretensiones que ofrecer el mejor trato y la mejor comida posible a sus clientes, el Bar Nerva se ha consolidado como uno de los restaurantes de cocina tradicional más solventes de la capital malagueña. Joaquín Fernández, gerente, jefe de sala y enamorado del oficio de la hostelería que lleva en la sangre, cuenta con dos espacios en su establecimiento que se llenan a diario para tapeo, menú del día y almuerzos a la carta, y que el equipo de sala capitaneado por Joaquín y su esposa Carmen, y el de cocina, con Francisco Barro al frente, completa cada servicio con una atención y una comida impecables.
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El comedor está decorado con un mural original del pintor Eugenio Chicano con personajes ilustres de Málaga y Andalucía como protagonistas. La cocina, además, cuenta con una parrilla para incluir en la carta carnes de vacuno maduradas, carnes de cerdo ibérico o cortes de atún rojo de almadraba. Sin embargo, el santo y seña de Nerva sigue siendo el guiso de toda la vida, con especial atención a la cuchara, que siempre está presente en el menú y en la carta. Su famosa sopa Viña AB, los garbanzos con rabo de toro, los callos, la zarzuela de bogavante, o el maternal puchero con su picadillo y su chorrito de Jerez. El rabo de toro es siempre una garantía, y también los arroces, como el caldoso de carabineros o el meloso de ibéricos.
Junto a estos platos contundentes hay clásicos para el tapeo como su premiada ensaladilla rusa (que se convierte en relleno de sandwich a la hora del desayuno), el steak tartar, la selección de quesos andaluces, entre ellos el queso azul de la Sierra de Cádiz, el jamón y los ibéricos o unas gambas blancas perfectamente cocidas. Ahora en tiempo de Cuaresma, en Nerva siempre hay propuestas especiales: potajes, platos con bacalao y postres como las torrijas con helado de mantecado, la leche frita o la 'loca de capirote' elaborada para ellos en exclusiva por Tejeros. La bodega también está siempre bien pertrechada, y la variedad y calidad de las propuestas de desayuno completan la fama del local.
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Dirección: Cristo de la Epidemia, 55. Teléfono: 952 267 949
Por Javier Almellones
Vicen-Playa: materia prima de calidad y buen servicio
Los amantes del marisco y del pescado fresco tienen un rincón reservado en el Paseo Marítimo de Poniente. A la altura del Espigón de la Térmica, el restaurante Vicen Playa recibe a sus clientes con una fórmula que se mantiene inalterable con el paso del tiempo: materia prima de calidad y buen servicio.
Aunque entre sus especialidades están los arroces caldosos, en su carta sobresalen otros platos marineros, como sus calamaritos frescos, procedentes de la lonja de Fuengirola, que fritos se convierten en una de las estrellas del establecimiento.
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Dirección: Paseo Marítimo de Poniente. Teléfono: 620 537 404
Por Esperanza Peláez
La Alvaroteca: la madurez de un cocinero libre
El local de La Alvaroteca contradice varios de los consejos que cualquier persona entendida daría a quien quisiera abrir un restaurante en Málaga. No está en un entorno atractivo, sino en ese caleidoscopio de micromundos sin maquillaje que componen los barrios malagueños. Tampoco tiene terraza ni posibilidad de tenerla, porque la calle Gerona es una vía esencial para el tráfico entre Los Tilos y la Cruz del Humilladero y las aceras dan lo justo para que los peatones circulen. Pero la casa de Álvaro Ávila está ha cumplido una década desafiando cualquier cosa que se pudiera dar por sentada, y el secreto es una cocina personal, llena de sabor, técnica y riesgo. Alta cocina de barrio, canalla, apasionada, insolente y asequible, que, si en otro tiempo quedaba relegada a un segundo plano frente a una puesta en escena estridente (esposas, transfusiones de cócteles, camisas de fuerza y ambientación abiertamente friki), en el último año ha conquistado el protagonismo junto a una carta de vinos brillante y, como todo aquí, poco o nada previsible.
El comedor decorado como un manicomio sigue existiendo, pero el reservado 'Star Wars' ha desaparecido, y el servicio es de una formalidad insólita. Tener un local propio y estar en la periferia ha permitido a Ávila construir su camino en libertad, pero antes que nada es un cocinero que domina la técnica y los sabores, con una sólida formación en cocina tradicional y en la escuela francesa.
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Aparte del pichón, por la carta de La Alvaroteca rotan platos de conejo, liebre, ciervo, jabalí, gamo y paloma. El plato bautizado como 'Tiro al pichón', cuya presentación, con viñeta de papel comestible incluida, muestra que el Álvaro gamberro no ha muerto, es un excepcional, sabroso y redondo plato de caza a prueba de paladares ortodoxos.
Dirección: Calle Gerona, 38. Teléfono: 680 62 52 14.
Mya: el regreso de los camperos de toda la vida
A apenas 500 metros de la emblemática hamburguesería Mafalda, sus antiguos encargados pusieron en marcha Mya, las iniciales de sus nombres. Mamen y Andrés decidieron abrir este negocio y al principio no tenían ni carta. Fue su clientela la que le iba pidiendo los camperos de siempre, pese a que ellos en un primer momento no los contemplaban.
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Dirección: Calle Bolivia, 79. Teléfono: 744 66 92 57
Por Juan Soto
El Pimpi Florida: la taberna donde todo el mundo cabe
Ya sea por el buen marisco que allí se sirve, por la alegría de la música, fundamentalmente copla, o por el buen hacer de sus trabajadores, El Pimpi Florida no hay noche que no esté lleno hasta la bandera. Se trata de una especie de camarote de los Hermanos Marx en donde trabajadores y clientes se entremezclan de forma habitual. Comandada por Pablo en la barra y Rosa Mari, su tía, en la cocina, es uno de los sitios de referencia en la ciudad.
Vivir una noche en el Pimpi Florida se puede convertir en algo inolvidable . No conocer a nadie y a la vez a todo el mundo; hablar con el de al lado y cantar y cantar sin parar cualquier copla o hacerle los coros a la habitual vendedora de rosas, que en el momento más imprevisto se arranca con el 'Como una ola' de Rocío Jurado. Un microcosmos improvisado y único en el que los empujones están a la orden del día mientras se maneja en puro equilibrismo platos calientes de gambas al pil-pil o un platito de pequeños bocadillos. Todo es casi realismo mágico. Como cuando Rosa Mari te invita a que entres en la cocina (allí todo el mundo cruza y pasa) y te cuenta su vida y las últimas vacaciones con la familia: muy pocos días al año, pero siempre, en un hotel bueno. Allí, en un cuartito en la misma cocina, solía recibir Jesús a sus clientes, siempre atento y solícito.
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Por sus paredes, llenas de cuadros, fotos familiares y recortes, han pasado desde Marifé de Triana hasta Marisol o Alfredo Kraus y siempre hay un sitio para la copla. Aunque también hay un hueco para todo tipo de buena música. Incluso para 'El Novio de la Buena Muerte', que cada noche, cuando ya llega la hora golfa, se pone a toda pastilla para que quien lo desee sea alzado por los brazos, a veces de auténticos desconocidos, a modo de un improvisado Cristo de Mena. Y es que, como dijo hace unos años Jesús López a este periódico, El Pimpi Florida es un sitio incómodo en donde todas las noches se produce el milagro.
Dirección: Carretera Almería, 13. Teléfono: 952 29 26 25
Los Alba: comida casera y de calidad
Callos con garbanzos, caldereta de cordero, lomo en manteca, albóndigas en salsa de almendras… Don Miguel es el alma de este sencillo restaurante de Teatinos con un trato y una calidad-precio imbatibles. Su secreto: productos naturales del terreno.
Uno de sus puntos fuertes es la calidad y cantidad de los menús diarios (de lunes a sábado), sin olvidar sus desayunos.
Dirección: calle Demóstenes, 19. Teléfono: 952 27 67 36.
Por Enrique Bellver
Taró: cocina tradicional del momento
Pachu Barrera es uno de los cocineros malagueños que mejor han sabido reinterpretar nuestra cocina tradicional. Alejado de los circuitos turísticos del Centro y con un público prácticamente oriundo de nuestra capital, se instaló en Taró, en el barrio de Huelin.
Con una decoración joven y muy actual, con mesas cómodas, incluso cuenta con un espacio que puede convertirse en reservado, cocina abierta y una terraza donde comer y que invita a prolongar las sobremesas. Estando donde está, en una calle donde abundan los locales dedicados a la hostelería, esta casa destaca entre las demás por dos motivos, su decoración y, lo más importante, la cocina malagueña actualizada que Pachu conoce y domina. Su carta es fácil de entender y más fácil de comer todavía. Una parte dedicada a los platos donde solo interviene el cuchillo; paleta ibérica, panceta rellena de morcón, butifarra de Benaoján o morcilla de Arriate. Para abrir boca y compartir, su mil veces copiado pero no igualado tartar de salchichón, o unas gambas blancas maceradas con su cabeza frita que están de diez.
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Unas entradas calientes donde no faltan sus croquetas semilíquidas de gambas al pilpil o el pulpo frito a baja temperatura y, como final, su pluma ibérica macerada o la ventresca de atún al carbón. Platos muy nuestros, bien ejecutados y mejor actualizados. El servicio de sala está a la altura de lo que se espera de Pachu y de Taró.
Dirección: Tomás Echeverría, 15. Teléfono: 952 066 912.
Salvador y Lucas: pescados y mariscos de proximidad
Especializados en pescados y mariscos de proximidad, la calidad de su carta se debe a que la familia se ha dedicado a la venta de pescado en mercados de la capital. Así, Marisa, Belén y Miguel continúan la labor iniciada por su padre y tíos, llevando ahora el pescado más fresco de Málaga a este restaurante familiar, donde cada plato es cocinado de forma sencilla y tradicional, bien frito o a la plancha. Sin olvidar los postres caseros. Aunque la playa queda un par de calles más abajo, merece la pena adentrarse en el asfalto para saborear producto de calidad y buena atención. Apuesta segura.
Dirección: Calle Alonso Carrillo de Albornoz. Mercado El Palo (puestos 5-6 y 34-35).
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