La planificación del Málaga 22-23 se reactiva

Ahora, con un colchón de siete puntos de ventaja sobre el descenso y con dieciocho por jugarse, la previsión es la contraria y los más valientes ya dan por hecha la salvación, sobre todo por el rendimiento y las sensaciones que está ofreciendo el plantel blanquiazul con el cambio de entrenador (han empatado contra el Valladolid y goleado a domicilio al Leganés). Una vez encarrilada la situación deportiva inminente, la entidad puede volver a retomar sus labores de cara a la planificación de la siguiente temporada, la 22-23, en Segunda y que había quedado en pausa por la falta de perspectiva y la gran incertidumbre generada. Todos los esfuerzos estaban centrados en remendar la nefasta dinámica.

Era fundamental una reacción a tiempo del equipo como la que ha llevado a cabo para no pasar apuros hasta el final por la permanencia y que en los despachos de Martiricos no quedasen paralizados a la hora de empezar a trabajar en los fichajes de la siguiente campaña. La importancia es tal porque una de las principales armas del Málaga en el mercado de jugadores es la anticipación para firmar a efectivos con un nivel contrastado en la categoría y con cierta proyección. No poder asegurar un proyecto en Segunda le cerraba casi todas las puertas en su objetivo de hacerse con este tipo de perfiles de futbolistas que suelen acabar contrato a final de temporada o bien buscan un cambio de aires.

Por ejemplo, mediante una cesión, que es una de las herramientas más recurrentes del club blanquiazul y todos aquellos con presupuestos más limitados. Pero para conseguir una operación por debajo del precio de mercado se necesita de un gran ejercicio de seducción para convencer a jugadores y sus entornos. El nuevo escenario, mucho más optimista, permite reactivar contactos a la dirección deportiva malaguista, que ya ha empezado a llevar a cabo algunos movimientos que dan fe de la mejora de la situación. Es el caso de la ampliación de contrato de Genaro, cerrada la pasada semana. Una noticia positiva que se presupone como antesala de otras operaciones en ciernes.

Aunque sobre todo es una vuelta a la normalidad en las dinámicas de trabajo en unos meses clave para 'La cueva' (sobrenombre de la dirección deportiva malaguista aludiendo a su sala de máquinas donde analizan informes de jugadores y organizan sus prioridades en cuanto a fichajes). El final de Liga ya se encuentra a la vuelta de la esquina (quedan sólo seis jornadas) y comienza el baile entre clubes y agentes de jugadores, que se preparan para la última fase de posicionamiento antes del comienzo oficial de la ventana de transferencias en julio. La anticipación es la principal arma del Málaga por jugadores que también persiguen rivales con más presupuesto.