La cuenta atrás ya aprieta en el Málaga
El cuerpo técnico pretende anticiparse en la preparación al momento en el que le permitan entrenar con todo el equipo y eleva la exigencia a nivel táctico y físico
Los planes en la puesta a punto del equipo van mejor de lo esperado. Esa es la sensación que se vive en el vestuario ... tras completar ya la segunda semana en entrenamientos grupales, los que en boca de todos «son más reales y parecidos a lo de antes». Sin duda, está siendo una pretemporada inédita, excesivamente corta y sin partidos amistosos,y por lo tanto se hace más complicado valorar el estado real del equipo, sobre todo en cuanto juego, pero la realidad es que el cuerpo técnico está pudiendo avanzar conceptos tácticos antes de que le abrán la puerta al trabajo con todo el grupo.
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El nivel de trabajo y exigencia se ha elevado de forma considerable en comparación con las primeras semanas. Un aspecto clave en esto también ha sido el conocer que ya hay una fecha para volver a competir. A falta de día y hora, el Málaga estará recibiendo al Huesca en La Rosaleda en dos semanas y media. Por lo que se ha activado ya la cuenta atrás para llegar de la mejor manera posible a esa cita.
Y además de las cuestiones físicas, en las que se hace hincapié con una gran prudencia para prevenir cualquier tipo de molestia (la sombra de un posible plaga de lesiones tiene atemorizado a todos los cuerpos técnicos), en el Málaga se está adelantando 'temario' en cuestiones tácticos. El paso a entrenar en dos grupos de 14 jugadores ha permitido a los malaguistas realizar ejercicios más enfocados a la recuperación y perfeccionamiento de automatismos y química entre los jugadores.
Si los partidillos en espacios reducidos se han convertido en una herramienta básica en los entrenamientos, no lo son menos los trabajos a campo completo donde se ensayan aspectos de posicionamiento, salida de balón, cambios de orientación, centros, remates en jugada, etc. Todo con el objetivo de devolver sensaciones a los jugadores y encontrar una experiencia lo más cercana a un partido. A nivel físico, técnico y también mental.
Porque los técnicos también empiezan ya a concienciar sobre la mejor manera de afrontar los partidos sin público. Por ejemplo a nivel de tensión en el juego y de concentración. Y es que la sensación general es de haber dado ya el cambio el cambio de 'chip' a la dinámica de la competición, dejando atrás lo que fue la toma de contacto con la nueva forma -extraña y antinatural- de entrenar con las numerosas medidas de seguridad.
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