La otra cara del Costa del Sol: de la ovación a Pellegrini e Isco a los pitos al alcalde
El choque, que dejó un susto en el inicio por un problema médico en la grada, tuvo un punto emotivo con el regreso de exmalaguistas, 27.200 aficionados y una pitada histórica a De la Torre en la entrega del trofeo
Fue un Trofeo Costa del Sol, esta trigésima quinta edición, que difícilmente se podrá olvidar por parte del malaguismo. Nada menos que 27.200 aficionados ... en las gradas, cerca del lleno, el regreso de Isco y Manuel Pellegrini, ovacionados en distintos momentos, un susto entre el público por la parada cardiorrespiratoria de un aficionado, resuelto de forma favorable, y la tremenda pitada al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en la entrega del trofeo al final del choque.
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El éxito de público fue absoluto, con una taquilla para el Málaga que se puede acercar al medio millón de euros, ya que todos los aficionados (incluido los abonados) pagaron. Hubo unos 3.000 béticos que ocuparon la esquina habitual de los aficionados visitantes y media grada alta de Preferencia, lo que obligó a dejar un número de asientos vacíos de separación por seguridad. Hubo algún cántico que lamentar, y también un aficionado malaguista en la zona baja de Tribuna que se fue custodiado por la policía en el segundo tiempo.
El foco estaba también en el regreso de Manuel Pellegrini, en su primera vez en Martiricos tras su salida, nada menos que el técnico considerado más importante en la historia del Málaga, y que tiene una glorieta con su nombre cerca del estadio. Antes del inicio del segundo tiempo se llevó una ovación monumental y lo agradeció saludando a toda la grada. También Isco fue vitoreado, en especial al sacar algún saque de esquina. No tuvo su día más brillante y fue sustituido al descanso.
Pellegrini firmó autógrafos antes del partido y saludó a Jesús Gámez, ahora embajador del Málaga. En el palco este se cruzó también con Joaquín, su excompañero y ahora en el mismo rol en el Betis. En el caso de Isco ya había regresado tanto con el Real Madrid como con la selección española la feudo de Martiricos tras su partida después de esa gran etapa de la Champions. Junto a ellos, estaban también Rubén Cousillas y el malagueño Fernando, ambos en el cuerpo técnico, y jugadores como Junior, criado en Benalmádena y Mawuli, que jugó en el Antequera.
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Finalmente, la jornada dejo la pitada más sonora y masiva que seguramente haya recibido el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en 25 años en el cargo. La afición no perdonó el fiasco vivido hace días con la renuncia a que La Rosaleda se remodele para albergar el Mundial de 2030.
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