
Secciones
Servicios
Destacamos
Cumplió con su palabra. No habían casi dado las cinco de la tarde cuando el coche del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, hacía ... su aparición por el barrio de El Olivar. A esa hora únicamente habían hecho acto de presencia unas pocas vecinas a las puertas de las instalaciones del centro de internamiento de menores infractores (CIMI) que adjudicaba la Junta de Andalucía hace unas semanas a la empresa Meridianos y cuyas obras se estarían ultimando para recibir a sus inquilinos, a medio centenar de menores de entre 14 y 17 años, en principio en los primeros días de este mes de junio. «¿Que cómo nos afecta el centro? Pues afecta a nuestra tranquilidad, a nuestra intimidad, a nuestra seguridad... Llevamos cincuenta años viviendo aquí y no tenemos por qué sentir miedo», comentaban. «Son unas instalaciones que no son buenas ni para ellos -por los menores infractores- ni para nosotros», agregaban.
Pepa Miguel Berrocal, vecina del barrio y con una bella casa que justo está enfrente del CIMI, se quejaba: «Esté donde esté en el jardín, me pueden ver (por los futuros menores que estén internados ahí). Esta es la casa donde nos reunimos la familia los fines de semana, en vacaciones, a la que vienen mis nietos. Me preocupa su seguridad. Antes aquí había unas monjas y no es lo mismo. Es un cambio radical de uso. Yo soy maestra y estoy por la rehabilitación de estos menores, pero en lugares adecuados para ellos y éste no lo es. Para nosotros tampoco». Efectivamente, su casa está a pocos pasos del edificio.
Pasan los minutos, los vecinos saben que el coche del alcalde ha pasado hace un rato, y éste no hace por el momento acto de presencia. El compromiso adquirido por Francisco de la Torre el sábado con los habitantes de El Olivar era que se reuniría con ellos a las cinco y media de la tarde de este domingo. Esa promesa arrancaron del regidor quienes se apostaron a las puertas de la Tabacalera este sábado cuando en ese espacio se celebraba la convención del PP de Málaga. El alcalde se paró, escuchó sus demandas y dijo: «Mañana mismo a las cinco y media de la tarde os visito».
Pero De la Torre llegó un poco antes de la hora para darse una vuelta por el barrio y visitar el centro por dentro. Los vecinos se enteran de eso. Temen que al final el primer edil los esquive. Y se calienta el ambiente. Un grupo cada vez más numeroso de gente, que llega a sumar alrededor de las 150 personas, grita: «Salga si tiene valor», «qué transparencia es esta», «menudo alcalde más cobarde» o «cultura sanchista». También se leía alguna pancarta con la inscripción: «No al centro ilegal de menores en Churriana».
Verónica, otra vecina, reflexionaba: «Éstas no son las condiciones adecuadas para un centro de menores, aquí, en medio de una urbanización. Aquí vive un vecino, aquí otro, y enfrente, los delicuentes». «Este barrio está siempre abandonado por el ayuntamiento porque es una urbanización privada. Ahora hay un particular que ofrece el edificio y ahora la zona sí es de interés público», agregaba Alejandro Vedia, presidente de la comunidad de vecinos, que además aportaba las que a sus ojos son razones técnicas contra la apertura del lugar: las instalaciones tienen menos metros de los requeridos, no hay espacios deportivos....
De fondo, más consignas: «No te voto más». En las conversaciones los manifestantes destacaban mucho eso, que ése es un terreno amigo para el PP, para Paco de la Torre, y la instalación de esta infraestructura la entienden como «una decepción».
Son las cinco y media de la tarde ya. El alcalde cumple y sale a hablar con los vecinos. «Le hablo al hombre bueno, al padre, al abuelo. ¿Éste es el mejor sitio para este centro?», le espeta una vecina. Pero, como ella, decenas quieren hablar con él. Al final, consiguen dirigirlo al jardín de la casa de Pepa Miguel Berrocal y a ella le explica que desde el centro no se puede ver su jardín, porque las ventanas son ciegas, además, le insiste en que el personal del centro también está preocupado por la privacidad de los chicos y chicas que estén internados ahí.
«Esto le va a dar mucho dolor de cabeza», «usted ha hecho cosas bien, pero esto lo ha hecho mal», «yo no me esperaba esto del señor alcalde ni de Juanma Moreno», continuaban comentando los vecinos.
Acompañando al alcalde estaba también Elisa Pérez de Siles, número dos del alcalde, que declaró a este periódico: «Es normal que los vecinos estén nerviosos hasta que empiece a funcionar. El edificio no es permeable ni desde fuera ni desde dentro». Además estaba presente la delegada de Justicia en Málaga, Teresa Pardo. ¿Se ha convertido el centro de menores en un motivo de fricción entre el Consistorio y la Junta? «No puede haber fricción porque se cumple la legalidad», afirmó Pardo.
Pero hay vecinos que sospechan que las obras comenzaron antes de la licitación, que hay deficiencias que se han cubierto a base de declaraciones responsables del adjudicatario y que si se mirara en detalle la obra, el centro no podría abrir sus puertas. Han preparado un documento que llevan primorosamente encuadernado y que le dan al alcalde para que lo analice con su equipo.
El alcalde de Málaga, tras su reunión con los vecinos que duró una hora y media larga, en declaraciones a este periódico, explicó: «Los vecinos quieren que el centro no abra y yo no sé si eso es viable o no, sinceramente. Ahora se ha presentado la autorización de apertura y se mirará, como es natural, con todo el interés. También la seguridad, la valla. Yo la impresión que tengo es que no hay ningún tema de pérdida de privacidad hacia los vecinos, porque a los encargados de este centro les preocupa la privacidad de los menores. Es evidente que hay un rechazo al centro, pero también es cierto que en el concurso de la Junta no hubo más que una candidatura». Respecto a esto último, añadió: «Habrían de haber habido más ofertas, más candidaturas. Nosotros no hemos sabido de esta convocatoria para buscar más». «Al mismo tiempo me preocupa que haya 150 familias malagueñas o más que tienen adolescentes, hijos, en otros centros fuera de Málaga, porque en la provincia no hay ninguno», continuó, para agregar: «Habrá que ver si llevan razón con lo que estamos escuchando -de los vecinos- o por el contrario no hay ningún motivo de peligro». Asimismo, sugirió que los vecinos deberían conocer bien el centro, que lo vean en vídeo o que puedan visitarlo físicamente. «Mi compromiso es que si hay problemas de convivencia en la urbanización, seré el primero en ir a pedir que se traslade y vaya a otro sitio», zanjó.
De acuerdo con los vecinos, el alcalde asumió otros compromisos, como que el gerente de urbanismo analizará en profundidad la documentación que le han pasado. Aunque su gran ambición es tener una reunión con el presidente de la Junta, Juanma Moreno: «Quien licita es la Junta, por eso queremos hablar con ellos antes de que el centro abra». El encuentro que tuvieron este domingo con el alcalde no les ha resultado del todo satisfactorio: «Esto supera al alcalde», afirma Pablo, ingeniero y vecino del barrio. Pedro Criado añade: «No estoy satisfecho por la respuesta, porque no ha dicho ni sí ni no». «¿Cómo voy a estar contenta? Sólo han sido buenas palabras», afirma Pepa, la propietaria de la casa. «Por lo menos ha venido, pero nos sentimos decepcionados», comenta otra persona.
El coche sale de este barrio cuyos vecinos dicen haber votado a Paco de la Torre siempre, que incluso lo conocen personalmente, pero las palabras de despedida no son bonitas: «Mentiroso», «no te queremos», «vete, dimite».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.