

Secciones
Servicios
Destacamos
Lo que realmente desquicia a los usuarios malagueños residentes en Madrid es el elevado precio y los cambios en la política comercial de Renfe. «Tengo dos bodas este verano en Málaga... Y ya tengo los billetes de avión», asegura Marina Romero. «Ahora bajo menos para ver a mis padres porque es muy caro; antes iba dos veces al mes, ahora, una vez cada dos meses, aunque cada vez lo hago más en avión, que es más barato, o me voy en coche si tengo varios días libres». La periodista asegura sentirse «engañada». «Para ir a ver a mis padres un día y medio son casi 200 euros», exclama, y añade: «Cuando haya más competencia en la alta velocidad no volveré a usar Renfe».
Daniel Galindo se las prometía felices cuando el tren rápido llegó a Málaga, pues lleva 20 años instalado en Madrid y se escapa de promedio una vez al mes, pero como en el caso anterior, lo hace cada vez más por vía aérea, porque es mucho más barato, a pesar de que ello le pesa sobre su conciencia medioambiental. «El avión es más contaminante, pero mucho más barato», se lamenta, y asegura estar esperando como agua de mayo a que llegue la competencia. Galindo se siente además muy ofuscado por el hecho de que los billetes ahora sean nominativos, y ya no pueda revenderlos o comprarlos en el mercado paralelo como hacía antes cuando no le encajaba. «El servicio ha empeorado mucho».
Maite Perea es otra malagueña «en el club de los cabreados del AVE», como se autodefine. También lleva dos décadas en la capital española y se siente «estafada, con una desafección absoluta hacia Renfe». En su caso, tiene razones: el último viaje que iba a hacer en familia (tiene dos hijos de corta edad) le supuso perder nada menos que 358 euros. «Compré los billetes pero me equivoqué y me di cuenta tarde, me dijeron que no tenía derecho a ningún cambio y me los comí con papas», se queja. «Funcionan como una aerolínea 'low cost', pero no tienen precisamente nada de bajo precio». Otra clave para dejar de usar el tren fue que le llegaron a asignar asientos separada de sus hijos. «Es una vergüenza lo que está pasando con Renfe, que es una empresa pública; tanto discurso del medio ambiente y del cambio climático y nos empujan a viajar en coche, el tren es imposible para una familia de clase media».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
¿Por qué ya no vemos tantas mariposas en Cantabria?
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.