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Málaga culmina la jornada por Palestina con una manifestación que recorrió la ciudad
La marcha, unitaria, en la que se dan cita trabajadores, estudiantes y organizaciones sociales, ha partido pasadas las siete de la tarde de la plaza de la Constitución
La manifestación que puso festivo fin a la jornada por Palestina, con huelgas, paros y concentraciones, recorrió buena parte del centro de Málaga. La marcha ... estaba previsto que partiera de la plaza de la Constitución a las siete de la tarde. Los más tempraneros, que estaban ahí desde las seis de la tarde, esperaron a que se llenara la plaza y a que se calentara el ambiente para abrirse camino por calle Larios pasadas las siete y cuarto. Ahí se esmeraron en que calara su 'Free, free Palestine', (Palestina libre), sabedores de que se concentraban turistas y, en general, mucho extranjero o angloparlante. De todas maneras, las banderas y los pañuelos palestinos no dejaban lugar a dudas de porqué era la protesta.
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En la misma calle Larios aparecieron pegatinas en entidades financieras llamando al boicot por achacarles haber financiado el genocidio palestino. Y avisaban de que conforme fuera transcurriendo la manifestación habría más acciones. Sí, las hubo. De hecho, el recorrido, muy largo, más de lo habitual, de la marcha cobraba sentido por las performances, todas muy medidas, que fueron sucediéndose.
Trabajadores y estudiantes por la mañana demostraron que la tregua, el plan de paz, el alto el fuego, no les ha dejado tranquilos. Siguen vigilantes: «Hay que seguir hablando de Palestina», defendían. Por eso la jornada de huelga de este 15 de octubre, convocada con anterioridad a este último fin de semana en que se materializó el acuerdo para dejar de disparar, siguió en pie. En las calles, a quien primero se vio fue a los trabajadores, que acudieron a la llamada de los sindicatos y se concentraron en la Alameda Principal. Después fueron los estudiantes los que recorrieron el centro de la ciudad. Y la gran manifestación unitaria tenía lugar a partir de las siete de la tarde con un amplio recorrido: desde la plaza de la Constitución se atravesaría calle Larios, a continuación, la Alameda Principal para atravesar el puente de Tetuán, volver sobre sus pasos por el puente de la Esperanza y seguir adelante por la avenida de La Rosaleda hasta el Molinillo. A partir de ahí, lo previsto es volver a la plaza de la Constitución por Ollerías.
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Los manifestantes, a su paso por Larios, irrumpiendo ya en la Alameda Principal, llamaban al boicot a Israel, a sanciones al país hebreo («dónde están, no se ven, las sanciones a Israel»). Y lucían pancartas con la leyenda «El plan de los genocidas es una farsa».
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Jubilados también portaban una pancarta llamando a dedicar los gastos militares a gastos sociales. Uno de ellos, 'Carpi', explicaba su posición a SUr: «Se podrá ser de izquierdas, de derechas, lo que sea, pero no te puedes quedar tranquilo cuando ves que están matando a niños. Han muerto más niños y más mujeres que hombres. Porque no sólo hay bombas, también ha sido el hambre. Esto es sólo un alto al fuego, no es paz. No han matado por matar, lo hacen para apropiarse de las tierras y que Gaza sea un negocio».
Los manifestantes de todas las edades recorrieron la Alameda Principal, que estuvo al tráfico. Llenaron toda la avenida gritando «las niñas de Gaza no son una amenaza», «Gaza, aguanta, el pueblo se levanta» o «Las tierras robadas serán recuperadas».
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Antes de pasar por el puente de Tetuán, bomba de humo a la altura del edificio de Correos, en protesta por su adquisición por un fondo israelí para su conversión en un hotel. En la construcción ha aparecido la inscripción 'Atentado Turístico'. ÉSa era una de las sorpresas que tenían preparadas los organizadores de la marcha.
Es un momento importante de socialización política de la juventud, pero ésta arrancó hace unos años ya en el caso de Marina, de 21 años y estudiante de Traducción, y de Ángel, de 22 años y estudiante de Ingeniería Informática. Fue por Eurovisión, en 2019, y por el boicot que se desencadenó contra la celebración del certamen en Israel. «Yo seguía Eurovisión, me enteré del boicot, me informé y me sorprendió que se hablara tan poco de un conflicto que se arrastra desde el siglo pasado», comentaba Marina. Ángel tenía ese episodio en la recámara, y el recuerdo le revivió a partir del pasado 7 de octubre de 2023 y el recrudecimiento de la violencia en Oriente Próximo.
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«Esto es el colofón, pero llevamos todo el día de huelga. Queríamos interrumpir nuestra normalidad. La sensación del día es la alegría por estar todas juntas»
Las siguientes sorpresas de la marcha tuvieron lugar en los puentes, en el de la Trinidad y en el de la Aurora, donde se desplegaron sendas pancartas sobre el Guadalmedina, ese río de la ciudad sin agua. Fotografiando el momento estaba Marta Orosa, una de las portavoces de Málaga para Vivir, plataforma convocante, que confiesa su satisfacción a SUR: «Esto es el colofón, pero llevamos todo el día de huelga. Queríamos interrumpir nuestra normalidad. La sensación del día es la alegría por estar todas juntas. Los piquetes en Muelle 1, en Vialia, han sido muy emocionantes. Hemos informado a las trabajadoras de que tenían derecho a la huelga y también hemos protestado ante las empresas que patrocinan el genocidio. Ha sido una jornada de lucha empoderante que nos ha hecho pensar en herramientas de lucha como la huelga, el boicot...».
Girando hacia el Molinillo, otra parada, para recalentar el ambiente: «Todos somos palestinos», gritaban. A la vuelta de la esquina esperaba otra acción, otro hito, que tuvo lugar en Ollerías, 15, en un edificio que sirvió como sede de Málaga Acoge y que la Junta ha vendido a un fondo israelí que construirá pisos turísticos. Lo protegían varios antidisturbios antes de que llegaran los manifestantes, que se han detenido ahí para leer unas palabras a cargo de una persona palestina, Hatem Abdul. «Nuestra lucha es común, la de Palestina y la de la vivienda. Allí es ocupación. Aquí es gentrificación. Defender a nuestros barrios es defender a Palestina», ha dicho. Sin más, los manifestantes han seguido.
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La marcha se ha adentrado en zonas de puro centro ya llenas de terrazas y de turistas cenando en esta noche de tiempo templado, impropio del ya entrado otoño. «No nos grabes, únete», gritaban los manifestantes, apelándolos.
La manifestación acababa en la plaza de la Constitución. Ahí, a las puertas de Carrefour esperaban los antidisturbios, porque auguraban lo que sucedió: gritos de quienes protestaban contra la cadena de supermercados a la que se atribuye colaborar con Israel. Un momento de algo de tensión, pero acto seguido los manifestantes han seguido a lo suyo, se han ido dispersando y se acabó la jornada malagueña en solidaridad con Palestina.
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