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Los hospitales de la capital siguieron ayer funcionando pese al apagón gracias a los generadores de gran capacidad con los que cuentan los centros. Así, mantuvieron a lo largo de la jornada activas tanto urgencias como oncología, pero en la tarde de ayer no se realizaron operaciones programadas, consultas ni pruebas diagnósticas con el fin de ahorrar la mayor electricidad posible para las próximas horas y los servicios esenciales, según confirmó la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía.
Los profesionales sanitarios continuaron, así, realizando sus respectivas labores en las distintas especialidades médicas, aunque sí se dieron incidencias en algunos de los centros hospitalarios, salvados los servicios esenciales y de mayor riesgo vital, como pacientes con enfermedades graves venidos desde distintas localidades de la provincia que tuvieron problemas para volver por falta de ambulancias o taxis y la suspensión de intervenciones quirúrgicas programadas menos graves, ya no sólo por la tarde, sino también a lo largo de la mañana, o la imposibilidad de realizar pruebas diagnósticas que requerían de electricidad como los electrocardiogramas o consultar los resultados en los terminales informáticos.
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Eso sí, las unidades críticas como la UCI o quirófano (para las operaciones graves y urgentes) continuaron trabajando sin problemas, dado que todos los hospitales poseen grupos electrógenos de gran capacidad. Ya a media mañana, la Junta de Andalucía envió un escueto mensaje en el que dejaba claro que no habría situaciones comprometidas para pacientes de riesgo debido a la potencia de los generadores. La Administración andaluza no quiso individualizar la información centrándola en la situación de cada hospital, pero en el Regional, por ejemplo, ya por la tarde, dos conductores de ambulancias precisaron a este periódico que devolver a los pacientes a casa fue una «locura» porque no funcionaban los ascensores. El mismo calificativo aplican al tráfico, con los semáforos sin funcionar. «Tampoco hemos podido avisar para que nos ayudaran a subir a los usuarios», explicaron.
Fuentes sanitarias confirmaron, por su parte, que se eliminaron las operaciones programadas para la tarde del lunes en el Regional. «No faltan generadores de gran potencia en el hospital, pero las luces de los pasillos están apagadas para no gastar más por si hace falta. Algunas puertas hay que abrirlas manualmente», señalaron, para añadir que, al menos a las cinco y media o seis de la tarde de ayer, el quirófano de traumatología funcionaba. Ya por la mañana, algunas consultas sí funcionaron, aunque no se pudo acceder, en la mayoría de las ocasiones, a las pruebas. «Resonancias sí se han hecho», añadieron.
El Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria indicó que pudo mantener toda la actividad programada para ayer hasta las 15.00 horas, gracias al suministro de los grupos electrógenos desde que se produje el apagón. «A partir de esta hora y hasta nueva orden, se suspende la actividad programada y se garantiza la actividad de tipo urgente. El equipo de dirección y todo el equipo de guardia se encuentran gestionando la situación en el hospital. Además, queremos añadir que todos los pacientes afectados por esta incidencia, serán reprogramados lo antes posible, en cuanto esta situación se normalice», precisó el Clínico, para añadir al instante: «Queremos agradecer la colaboración e implicación de todos los profesionales, así como la comprensión de pacientes y familiares ante esta situación».
En el Servicio de Oncología Radioterápica del Materno Infantil todo el personal sanitario se hallaba en la puerta cerca de la una. Ayer tenían previsto atender a 15 pacientes, pero en torno a la una menos cuarto sometían a uno de ellos a radioterapia cuando la camilla se quedó a medio subir. «Estábamos subiendo un paciente y se han parado las máquinas», comentó a este periódico uno de los trabajadores. A esa hora de la mañana quedaban ocho pacientes por atender, que también se paseaban, comprensivos, por la puerta del servicio. Algunas doctoras telefoneaban al Regional. «Aquí tenemos una máquina, allí tres más el escáner», contaba otro de los trabajadores en referencia al antiguo Carlos Haya. Una doctora hablaba por teléfono con el Regional: «Allí ha vuelto la luz, dicen». Otra sanitaria aseguraba que, aunque se vaya la luz, la máquina de radioterapia permite abrir la puerta y sacar al paciente con éxito.
En los quirófanos y en las unidades más importantes en las que hay respiradores, por ejemplo, existen generadores eléctricos que permiten afrontar situaciones críticas, explicaron los sanitarios. En Urgencias de Pediatría, servicio ubicado junto a Oncología Radioterápica, varios familiares de pacientes se comunicaban con allegados para explicarles que se había caído internet y que estaban a la espera de que los médicos les dijeran cómo iban a proceder. Algunos usuarios que salían de las Urgencias de Pediatría explicaron que todo ha seguido funcionando igual, solo que, en lugar de llamarles por pantallas, los convocaron a la consulta con un micrófono diciendo su nombre y apellidos.
En el Hospital Civil, al filo de las dos de la tarde, el trasiego de pacientes era continuo, y también pudo verse a profesionales sanitarios que abandonaban el centro, que cuenta con seis quirófanos. Fuentes sanitarias explicaron que, en uno de ellos, habían programado para el día de hoy cuatro intervenciones y el apagón sobrevino en mitad de la tercera. Pudieron continuar gracias a los potentes generadores con que cuenta el hospital. La última se suspendió hasta nueva orden.
Sanitarios mostraban caras de preocupación o resignación en una de las salidas del centro. «Hemos pasado a todos los pacientes, las pruebas del ordenador las hemos podido atender bien. Teníamos unos 20 o así, la única que se ha quedado sin atender es una es una mujer a la que había que mirarle en el ordenador una resonancia», explicó un médico que prefirió no desvelar su nombre, mientras que uno de sus compañeros aseguró que algunos enchufes funcionaban y se pudieron hacer algunas ecografías. «En el Área de Rehabilitación, los que han venido a renovar sus recetas de medicamentos o de ortopedia, no han tenido problemas», dijo otro facultativo.
Una doctora, que tampoco quiso desvelar su nombre, indicó que, cuando se dio el apagón, tenía un paciente intubado en el quirófano y decidieron seguir adelante como otras veces han hecho. Todo terminó bien. «Los generadores han seguido funcionando», explicó.
Un especialista en Neurofisiología Clínica indicó que sus pruebas dependen de la electricidad y, como no son urgentes pero sí electivas, «hemos podido atender a 20 pacientes». Aunque luego debieron parar, muchas de las pruebas son «electrocardiogramas».
Los enfermos de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) no tuvieron problemas gracias a los generadores. Entre los pacientes, la resignación y la indignación eran notas habituales. Algunas mujeres de movilidad reducida, que usaban sillas de ruedas, se quejaron de que no pudieron hacerles una radiografía. Una segunda paciente en silla de ruedas, aquejada de poliomielitis, indicó que salió con su hermana de compras al centro y, al terminar, no pueden subir a la casa porque no funcionan ni el ascensor ni los elevadores. «Nos iremos a un parque a comer pipas y esperar a que esto pase. A ver cómo subimos a dormir a casa», dijo.
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