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Un hombre recorre la playa ofreciendo sus productos a los bañistas.

¡Cola Cola, Fanta, 'servesa', agua!

Los 'manteros' y 'lateros' forman parte del paisaje estival de las playas de la Costa del Sol, donde trabajan de forma ilegal por unos cuantos euros al día

ISABEL BELLIDO

Viernes, 14 de agosto 2015, 00:04

Hoy en día estamos tan habituados al «Coca Cola, Fanta, servesa, agua» como a contemplar las medusas desde la orilla, asumir que en agosto será ... una odisea clavar nuestra sombrilla en la arena, cerrar la boca y apretar los puños cuando un entrañable niño corretea junto a nuestra toalla o apartar a base de manotazos al agua las colillas, compresas, bolsas de plástico u otros artículos que flotan en el mar, y no por gracia divina precisamente. Al oír la retahíla de palabras algunas enunciadas incluso con una entonación cantarina los hay que ni siquiera se inmutan, pero otros empujados por el calor asfixiante, el sudor que resbala por las pantorrillas y las pocas ganas de caminar hasta el kiosko no dudan en alzar la cabeza, pedirle al latero un refrigerio, pagar el euro correspondiente y seguir disfrutando de una agradable jornada de playa. Ellos los vendedores ambulantes, que en su mayoría proceden del norte de África recorren kilómetros durante horas cargando bolsas de congelados o neveras repletas de latas y botellas. Algunos portan un carrito para aliviar el peso, aunque las ruedas no se lleven muy bien con la arena de la playa. Otros venden gafas, pareos, camisetas o bisutería. Y aunque alguno se haya convertido incluso en un personaje popular de Málaga gracias a su carisma, otros no quieren saber nada de los medios de comunicación por miedo a la persecución policial, pues su actividad laboral es ilegal.

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