Los populares van de boda: se casa la concejala de Juventud de Málaga
La edil más joven de la Casona del Parque, Mercedes Martín, que también tiene la responsabilidad de Churriana, lo celebraba en su distrito el sábado 18. El amable nuevo ordenanza de Alcaldía
Son treinta y un miembros, los concejales de la Corporación municipal: 17 del equipo del gobierno del PP, que en las últimas elecciones de mayo ... de 2023 arrasó por goleada (16 es el punto de inflexión para la mayoría absoluta), 10 de los concejales socialistas (que bajaron dos), dos los ediles de Con Málaga (Podemos e IU, que también bajaron uno), y los dos concejales de Vox, que entraban por primera vez en la Casona del Parque.
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En una Corporación de 31 concejales de vez en cuando debían pasar cosas. Nacimientos, bodas, bautizos, comuniones, etc, pero de un tiempo a esta parte, lo cierto es que apenas se mueve el patio. En la sociedad, en general, las bodas o uniones cada vez son más en la juventud más tardía, y las segundas nupcias están a la orden del día, pero ni por esas.
Pese a todo, al fin llegó. Era el sábado 18 de octubre, un día lleno de luz y cálido, pero agradable, el que eligió la concejala más joven de la Corporación para dar el sí quiero. La responsable de Juventud, Mercedes Martín, de 32 años, se casaba con el que ha sido su novio desde los 19 años, Antonio Galindo, que es técnico de emergencias sanitarias.
Invitados todos los concejales del equipo de gobierno del PP, sus compañeros de bancada, la misa se celebró en la parroquia de Santiago. Emocionada, Mercedes explicaba que en esta iglesia, que tiene mucho encanto, se habían casado sus abuelos maternos. «Como ya no están con nosotros, era la forma de tenerlos cerca en un día tan importante para mí. Mi abuelo estaba muy vinculado a la hermandad de la Sentencia, así que cuando terminó la ceremonia, uno de los ramos se lo llevamos al Cristo». Los símbolos, los gestos, que marcan nuestra vida.
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El ágape fue en el distrito en el que ella también es concejala, Churriana, y en el que ha pasado toda su niñez, y seguirá viviendo ya de casada. La finca El Carambuco fue el lugar elegido. Un enclave que tiene una preciosa historia, y que acabó llegando a manos de Julio Caro Baroja, quien vino a refugiarse a Málaga, en 1956, tras la muerte de su tío, el insigne escritor Pío Baroja que le dejó muy entristecido. Como contó Fernando Alonso en este periódico, en la sección 'A la sombra de la historia', fue Gerald Brenan quien ayudó a que Julio Caro Baroja se enamorase de Churriana al invitarle a su casa (hoy un equipamiento cultural del Ayuntamiento de Málaga).
La celebración de la boda fue en la finca El Carambuco, que fue propiedad de Julio Caro Baroja, el sobrino de Pío Baroja
Caro Baroja se quedó prendado del lugar y acabó comprando en la zona la finca El Carambuco con el dinero de la herencia de su tío. La casa, como explica el historiador Alonso, era propiedad de Eugenio Gross Scholtz, que «se dedicaba a la exportación de pasas y frutos secos, y además había sido dueño de una parte de la finca El Rompedizo, sobre la que se construyó el aeropuerto de Málaga». Hoy día El Carambuco es un lugar de celebraciones, el que eligió Mercedes para agasajar a sus invitados.
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La concejala de Juventud seguirá en sus labores municipales hasta el mes que viene en el que aprovechará para irse de luna de miel. Sus familias les han regalado a los novios un viaje a Florida, Miami y Orlando, «es la primera vez que vamos a Estados Unidos», que afirma sonriente.
De la celebración, de la que sus compañeros afirman que fue entrañable y que ella estaba radiante de felicidad, la protagonista decía lo siguiente: «Fue un día muy bonito, y la verdad es que después de tantos años juntos poder sellar ese momento ante Dios y ante todos los que nos quieren, a mí me hacía especial ilusión». Toca lo que se dice en estas ocasiones en los cuentos españoles de toda la vida, que ahora serán viejunos y demodé para las nuevas generaciones, pero que tienen un final glorioso, que lo resume todo: 'Y fueron felices y comieron perdices'. Sin irnos muy lejos, el final de los cuentos ingleses es muy parecido, pero eso sí, sin viandas. Ellos siempre comieron mucho peor; no es nada nuevo. 'They lived happily ever after', que no significa otra cosa que 'vivieron felices para siempre'.
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Empleados. Fran Colomera, el nuevo ordenanza de Alcaldía
En la Casona hay bajas por jubilación o porque se marchan a otros mundos más allá de la política, como es el caso del exjefe de Prensa de IU, Miguel Díaz, pero también hay altas o cambios de destino como el de Francisco Colomera Ortiz, uno de los nuevos ordenanzas de Alcaldía, que antes trabajaba en el área de Recursos Humanos. Fran, como le conocen sus compañeros, no sólo es atento, sino también servicial y sumamente agradable en el trato. Es lo que viene siendo un buen fichaje, de esos que hacen falta.
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