Identifican al joven hallado con el pene amputado en Benalmádena

Comienzan a resolverse las incógnitas en torno al hombre que ingresó el domingo en el Hospital Clínico con el pene (parcialmente) amputado. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) le han identificado como un joven español de 32 años de edad, según han confirmado las fuentes consultadas por este periódico, sin que hayan trascendido más datos sobre su identidad.

No ha sido tarea fácil saber quién es este hombre. Los agentes de Policía Científica acudieron a urgencias para tomarle las huellas y comprobar su identidad. Sin embargo, al introducirlas en la base de datos policial, no se halló coincidencia alguna en el registro de personas fichadas por la comisión de algún hecho delictivo, por lo que su identidad seguía siendo una incógnita.

En el hospital dio varios nombres. Dijo llamarse Sergio, después Rafael y, por último, Naomi. También preguntó qué hacía en urgencias y que quería marcharse a su casa. Los agentes han trabajado a contrarreloj para identificarle y, sobre todo, para determinar cómo sufrió las gravísimas lesiones que presenta en el pene.

Para ello, abrieron una investigación en la que se barajaban principalmente tres hipótesis (sin descartar ninguna otra): un juego sexual extremo, practicado por él mismo o con terceros, algún tipo de tortura o una autolesión. Las fuentes consultadas por este periódico han informado de que, tras llevar a cabo varias pesquisas, todo apunta a que las lesiones que presenta este hombre se las habría provocado él mismo.

Fue un vecino el que lo encontró deambulando -caminaba muy lentamente- desorientado por la calle Ébano, en la urbanización Torremuelle de Benalmádena, y avisó a la Policía Local del municipio, que envió una patrulla al lugar para asistirlo. Los agentes observaron que presentaba manchas de sangre en las manos y en la cabeza, donde además tenía un traumatismo craneoencefálico.

Por ello, lo llevaron directamente al Hospital de Alta Resolución (CHARE) de Benalmádena para ser atendido y allí, al desnudarlo, comprobaron que tenía parte del pene amputada y otra parte, seccionada. Además, tenía el miembro atado con un cordón del zapato y una goma del pelo, muy apretado. Tanto los policías como los sanitarios que lo asistieron en el CHARE (primero) y en el Clínico (después), pensaron que aquellas ataduras eran un burdo torniquete para cortar la hemorragia que aún estaba sufriendo.

En cualquier caso, el paciente no ha aclarado gran cosa sobre lo que le ha sucedido. Durante su ingreso, ha mencionado que es un extraterrestre y que el pene no era suyo. También ha dado pistas de una posible agresión -dijo que alguien lo atacó o que le dieron un mordisco- o de una autolesión, alegando que un dios le había ordenado que se arrancara el miembro.

Desde un primer momento, todo apuntaba a que este hombre sufre algún tipo de desequilibrio o de trastorno mental, pese a que no cuenta con un historial de esta índole en el Servicio Andaluz de Salud (SAS). Tras la situación en la que fue hallado y tras diversas valoraciones, en estos momentos el paciente está siendo sometido a un tratamiento psiquiátrico, siempre según las mismas fuentes.

Otra de las hipótesis que se han manejado fue que hubiese consumido algún tipo de narcótico, como por ejemplo pirovalerona, más conocida como 'droga caníbal', bautizada así por sus devastadores efectos, que, en casos extremos, llegan a la autolesión. Sin embargo, el paciente ha dado negativo en los análisis a alcohol y drogas realizados en el hospital.