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Así está quedando la cripta de la Victoria: el plan que busca salvar esta joya del barroco en Málaga
El Obispado ultima la restauración de la estancia que dañaron las humedades provocadas por una fuga en unos aseos del hospital Doctor Pascual
En apenas tres meses, la cripta del santuario de la Victoria de Málaga, una de las joyas del barroco tétrico español, ha vuelto a la ... vida. El Obispado ultima en estos días los trabajos de restauración de una estancia que tuvo que ser clausurada hace cuatro años al producirse desprendimientos en uno de sus muros provocados por unas humedades. Los restauradores de la empresa Tarma realizan los últimos retoques para devolver a este singular espacio el esplendor con el que fue concebido a finales del siglo XVII como panteón de los condes de Buenavista, mecenas de la reforma que experimentó el templo en esa época y que quedó concluida a principios del XVIII.
A falta de la instalación de una nueva iluminación, que será de tipo escénico para generar el ambiente adecuado para lugar de estas características, ya se aprecia el resultado de una reparación que concluirá en las próximas semanas y que va a contar con una subvención del Ayuntamiento de 93.115 euros, incluida en el presupuesto de la Oficina de Rehabilitación Urbana del Instituto Municipal de la Vivienda para el año que viene.
Atrás quedan años de estudios que terminaron confirmando la tesis que desde el principio pusieron sobre la mesa los técnicos de la diócesis: el problema estaba en una fuga de unos aseos del clausurado Hospital Doctor Pascual que se encuentran sobre los nichos. Desde el Obispado se ha insistido en la necesidad de que se supriman esos servicios para que no vuelva a repetirse algo parecido, cuestión que depende de la propiedad del Hospital Doctor Pascual o de la Consejería de Salud, que tiene previsto reabrir este centro sanitario en los próximos meses.
La actuación de la diócesis en la cripta se inició con la retirada y clasificación de las decoraciones que se vieron especialmente afectadas por las humedades que provocó la fuga, respecto a la que los técnicos del Obispado mantienen la inquietud de que pueda volver a producirse. La zona se dejó secar durante un año, una vez que se comprobó que esa fuga de agua se había detenido, y se empezó por la aplicación de un nuevo paramento al muro afectado realizado con mortero de cal hidráulica natural.
Reintegración
Sobre esa superficie se han recolocado todas las piezas de escayola que simulan esqueletos, calaveras y hojarascas barrocas. Esa labor se ha llevado a cabo con esparto y yeso cola, y también con anclajes de varillas de vidrio en el caso de las piezas más pesadas. Las que quedaron muy fracturadas por la caída provocada por las humedades han sido reconstruidas en escayola mediante moldes.
La zona afectada ha recuperado el aspecto que tenía antes de la aparición de las humedades, con la salvedad de que se han dejado a la vista las placas de mármol de dos enterramientos ocupados desde los años treinta del siglo XIX. Pablo Pastor, arquitecto técnico del Obispado que dirige la ejecución de los trabajos, ha aclarado que, mediante fotografías antiguas, se ha comprobado que esos dos nichos tenían a la vista estas placas en las que aparecen los nombres de las personas enterradas, una de ellas la marquesa de Casablanca.
Asimismo, la reparación de la cripta ha incluido una limpieza general de toda la decoración existente en el resto de muros y de los sepulcros de los condes de Buenavista, así como la reintegración cromática de algunas zonas en las que el pigmento negro de los fondos se encontraba en mal estado, por lo que ha sido reemplazado con grafito con resina. El resultado es una estancia en la que el contraste del negro de los fondos con el blanco de las decoraciones ha recuperado el valor artístico con el que fue concebido hace más de dos siglos.
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