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De entre todos los debates y consejos sobre la necesidad de mantener un buen estado de salud en estos tiempos extraordinarios, el relacionado con la Vitamina D se ha convertido en uno de los más extendidos en estos días; y más aún si se tiene en cuenta que el confinamiento priva a muchos ciudadanos de la principal fuente para obtenerla: la exposición directa al sol, en concreto a los rayos ultravioleta. Ahora, encerrados en casa, con un tiempo que tiende más al nublado que a la generosa primavera y con las opciones de estar al aire libre más que limitadas, la pregunta está clara: ¿existen alternativas para mantener niveles adecuados más allá de los fármacos?
De partida, conviene recordar que la vitamina D está considerada como una supervitamina «que se comporta casi como una hormona». El enunciado parte del director de la unidad de gestión clínica de Dermatología del Hospital Regional, Leandro Martínez, quien avanza que un nivel adecuado en el organismo es fundamental para el correcto metabolismo del fósforo y el calcio y para el sistema inmunitario; y que incluso hay estudios científicos que vinculan su déficit con la aparición de determinados tipos de tumores como el de colon, páncreas o mama. Sin embargo, y al contrario de lo que pueda pensarse por las condiciones climáticas de nuestro país, se calcula que en España alrededor del 40% de la población tiene déficit de vitamina D.
En la actualidad también hay una realidad incontestable: «Ahora estamos confinados y menos expuestos a la luz del sol, que es la principal fuente de la que obtenemos la vitamina D«, expone el doctor Martínez, quien descarta de partida esa sustitución por fármacos (en gotas, comprimidos o sobres) que no estén debidamente prescritos por un especialista. A cambio, existen unas sencillas recomendaciones que pueden ayudar a mantener la vitamina D en niveles óptimos sin necesidad de acercarse a la farmacia.
En primer lugar está la alimentación, y en esa despensa cotidiana y al alcance de todos destacan productos que son buenos para la síntesis de esta vitamina. El jefe de Dermatología del Regional se refiere en primer lugar a los pescados grasos, como el atún y el salmón, «aunque en Málaga contamos con dos pescados excepcionales para eso como son las sardinas y los boquerones». En este grupo de alimentos aliados también están los lácteos y los huevos.
Por otra parte, existen estrategias sencillas para exponerse a los rayos ultravioleta del sol aunque no se tenga terraza en la vivienda. Basta con abrir la ventana «porque el cristal retiene el paso de ese tipo de rayos», recuerda el doctor Martínez, quien no obstante insiste en que esa exposición directa ha de hacerse con todas las precauciones para evitar que la solución que se busca se convierta, al final, en un problema para la piel. En realidad, el dermatólogo considera que la vitamina D es «muy contradictoria porque para sintetizarla hace falta una intensidad alta de radiación». Con todas las reservas que eso implica entre los especialistas.
Para hacerlo de forma segura, hay que poner como límite «que no se llegue ni al eritema ni a la quemadura». Y eso se consigue, a juicio del doctor Martínez, con una exposición directa al sol que esté entre los 8 y los 12 minutos «dependiendo del tipo de piel» (los tipos más claros sintetizan antes la vitamina). Y al contrario de las recomendaciones habituales, en este caso sí es aconsejable que la exposición sea en las horas centrales del día, entre las doce y las cuatro de la tarde, aunque siempre teniendo en cuenta el índice de radiación ultravioleta de cada día para ajustar ese tiempo. Tampoco es necesario utilizar una crema con protección solar «siempre y cuando esa exposición esté limitada en el tiempo y en una zona parcial del cuerpo». Sobre esas zonas en las que tiene que dar el sol para esa síntesis necesaria, «mejor brazos o piernas, evitando la cara y el escote». «Lo recomendable es que el sol dé en un tercio del cuerpo, aproximadamente», sostiene el dermatólogo, quien añade también un segundo efecto beneficioso del sol en estos días de encierro que va más allá de la vitamina D: «El sol también genera endorfinas, la llamada hormona de la felicidad, y eso nos crea una sensación de bienestar que nos viene bien en estos días«.
Sobre la idoneidad de tomar la vitamina D a través de fármacos específicos, el doctor Martínez recuerda que esos suplementos sólo están indicados en cuadros que previamente hayan sido supervisados por un especialista, caso de las personas mayores o con problemas de osteoporosis, entre otros. Y ojo porque, añade, un exceso de esta supervitamina también puede desencadenar problemas en el organismo en el sentido contrario a los beneficios que proporciona, es decir, con el metabolismo del fósforo o el calcio: «A diferencia vitaminas como la C, que son hidrosolubles y se eliminan a través de la orina, la D no lo es; por eso no es recomendable la suplementación por nuestra cuenta».
Más allá de esos consejos para mantener los niveles óptimos de vitamina D en el organismo, existe otro debate entre la relación que podría existir entre ese déficit y los pacientes que están afectados por Covid-19. Teniendo en cuenta que esta supervitamina está directamente implicada en el buen funcionamiento del sistema inmunitario, y por tanto en la capacidad de evitar contagios, el especialista insiste en que aún es pronto establecer una relación directa. El jefe de Dermatología del Regional sí se refiere a un estudio reciente impulsado por científicos de Turín (Italia) que concluye que una buena parte de los infectados por coronavirus también tenían bajos niveles de vitamina D, pero insiste en que «aún no hay evidencias científicas y aunque hay que darle el respeto que merece es necesario seguir investigando».
Lo que sí es un hecho contrastado por los especialistas en dermatología es que algunos cuadros de coronavirus en pacientes asintomáticos, sobre todo niños y adolescentes, pueden dar la cara a través de lesiones cutáneas. «Nos hemos dado cuenta de que determinados tipos de perniosis o sabañones son un 'chivato' de la enfermedad», confirma el jefe de servicio del Regional, que recomienda estar atentos a esas marcas, sobre todo en las extremidades, las manos y los pies. «Por suerte en niños y adolescentes no parece que haya cuadros graves de Covid-19, pero esas señales nos permitirían identificar a los portadores». En pacientes ingresados por coronavirus, en cambio, estas lesiones en la piel están más relacionas con las urticarias, las ronchas o las manchas parecidas al sarampión. Para avanzar en esta novedosa línea de investigación ya se ha puesto en marcha un gran estudio científico nacional, concluye el doctor Martínez, a la espera de que los resultados confirmen que la piel también constituye un mapa imprescindible para encontrar el camino de salida a esta crisis sanitaria.
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